Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (UE) fijaron ayer los criterios para sanear los activos bancarios tóxicos y lograr que las entidades reactiven la concesión de créditos a las pymes y las familias españolas que más sufren con los estragos de la crisis económica.

El acuerdo deja en manos de cada gobierno el sistema de saneamiento, porque cada país es diferente. Pero establece que la valoración de los activos deberá ajustarse lo máximo al precio de mercado y que los accionistas deberán sufrir el mayor coste de esos errores. Los bancos deberán conservar además "una porción del riesgo" y asumir un ajuste (restricción de dividendos y de primas a los ejecutivos).

La Comisión Europea presentará dentro de dos semanas las directrices. El Gobierno estima que esas medidas no son necesarias en el caso español. Gran Bretaña y Holanda han optado por un seguro público sobre esos activos, mientras que Alemania y Bélgica estudian concentrar en una entidad separada esos activos de dudosa solvencia.