La Unión Europea (UE) flexibilizará el pacto de estabilidad para evitar repetir los errores del pasado de ahogar el crecimiento económico de los países de la zona euro, pero sin recortar el rigor presupuestario ni la exigencia de respetar el techo máximo de déficit público del 3% del producto interior bruto (PIB). Esta fue la principal conclusión del Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la UE en Bruselas, centrado en la reforma de esta normativa esencial para garantizar la solidez y la credibilidad del euro en los mercados.

Tras largas discusiones desde la noche del lunes, los ministros lograron dar un empujón a la reforma del pacto de estabilidad, atascada desde hace meses. "Las ideas extremas" de quienes no querían reformar el pacto o de quienes pretendían diluir al máximo sus exigencias "han sido abandonadas", anunció el primer ministro luxemburgués y presidente semestral de la UE, Jean-Claude Juncker. El objetivo es lograr un acuerdo definitivo en la cumbre europea de primavera del 22 y 23 de marzo, aunque aún quedan bastantes detalles por consensuar.

PODERES Juncker explicó que se mantendrá en el nuevo pacto el desencadenamiento automático de los procedimientos por déficit público excesivo cuando un país supera el techo del 3% del PIB, en contra de lo que pretendía el canciller alemán, Gerhard Schröder. Juncker añadió que tampoco se recortarán los poderes de la Comisión Europea. Schröder había pedido limitar la capacidad del Ejecutivo comunitario para abrir expediente a los países con un déficit público superior al 3%. El Consejo de Ministros descartó la petición de Francia e Italia de no tener en cuenta en el cálculo del déficit bloques de gastos, como defensa, inversión o investigación.

Las reivindicaciones alemanas y francesas que se han asumido son tener en cuenta al valorar el déficit excesivo el estancamiento económico (no sólo la recesión grave), las reformas emprendidas y otros factores nacionales.

El nuevo pacto será "mucho más estricto" en la reducción del déficit público durante los periodos de expansión e incorporará una "dosis de flexibilidad razonable cuando el crecimiento sea débil", añadió Juncker.

POSICION ESPAÑOLA El vicepresidente económico, Pedro Solbes, expresó el respaldo del Gobierno español a la reforma que están diseñando Juncker y el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia. Solbes explicó que existe consenso para dar más tiempo y más flexibilidad a los países para corregir su déficit excesivo y para tener más en cuenta las circunstancias económicas nacionales de cada momento. Solbes indicó que una de las cuestiones que falta por clarificar es cómo se controlará la reducción del nivel de deuda pública de los países.

Por otra parte, el Consejo de Ministros acordó iniciar la segunda fase del expediente por déficit excesivo contra Grecia, al considerar que sus esfuerzos para sanear sus finanzas públicas son insuficientes. Al mismo tiempo, acordó suspender el procedimiento iniciado contra Francia y Alemania por estimar que este año dejarán de tener un déficit superior al 3%.