¿Proteccionismo? No, gracias, se afanan en asegurar los líderes políticos europeos pero, a la vez, entran en vigor más aranceles para frenar las importaciones de productos de países terceros. Uno de los más recientes, los tornillos y pernos procedentes de China, en los que los países de la Unión Europea (UE) gastan al año unos 575 millones de euros y que han sido sometidos a un arancel de hasta el 85%. O el alambrón, utilizado para diversos procesos industriales, al que se le ha impuesto una tasa temporal del 25%.

Estas medidas, que se amparan en las normas antidumpin --venta por debajo del precio de coste-- han provocado una auténtica sensación de alivio en algunos sectores, como el de los tornillos, en el que la mitad del mercado estaba dominado por China. "Las ventas les caían el 75% y el freno a las importaciones chinas puede hacer que las firmas especializadas recuperen los beneficios en la segunda mitad del año", explica el representante de una de estas compañías.

En Pekín, estas decisiones se ven con indignación e incluso advierten que pleitearán ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). Recuerdan también que algunas compañías europeas con fábricas en el país asiático están exentas de los nuevos aranceles que Europa se ha sacado de la manga bajo el pretexto de las prácticas de dumpin .

AUMENTO DEL CONSUMO Bruselas justifica su decisión en los datos. Entre el 2004 y el 2007, el periodo estudiado, el consumo de tornillos, pernos y similares aumentó el 29%. En ese plazo, los productores comunitarios, que son unas 300 empresas esencialmente pequeñas y medianas, perdieron más de 6,8 puntos de cuota de mercado, mientras las importaciones chinas crecían el 103%, ganando mercado y con unos precios que se situaban en torno a la mitad de los productos comunitarios.

Las disputas entre Bruselas y Pekín van en aumento desde que el déficit comercial con China se ha disparado, hasta llegar a los 160.000 millones de euros. A pesar de los llamamientos del G-20, en el que están los países más ricos y las economías emergentes, a evitar el proteccionismo para combatir la crisis global, en Bruselas los frenos al libre comercio se imponen.

El secretario general de la OMC, Pascal Lamy, advirtió recientemente de la tentación del proteccionismo y del aislacionismo como vacunas contra los efectos de la crisis global. "¿Se cree alguien que podrá protegerse de los demás sin que estos hagan los mismo?", se preguntó. Y recurrió al filósofo Confucio, quien, hace 2.500 años, decía en su obra La ética de la reciprocidad : "Trata a los demás como te gustaría que te trataran".