La desaparición de la deducción de 400 euros del IRPF que baraja el Gobierno subirá los impuestos a unos 12 millones de declarantes --que son los que se han beneficiado de ella en sus dos años de vigencia, desde enero del 2008-- y dejará igual a otros 6 millones de contribuyentes del impuesto sobre la renta. Estos son, precisamente, los contribuyentes de menor nivel de renta, que no pueden acceder a la bonificación del impuesto porque sus ingresos son tan bajos que no tienen retención.

Los datos proceden de la Fundación de las Cajas de Ahorros, Funcas, donde se ha desarrollado un simulador (FUNCASim) para analizar en detalle los efectos de cualquier cambio sobre el IRPF. Según esta herramienta informática, uno de cada tres declarantes del IRPF no se ha podido beneficiar de esta desgravación que está a punto de desaparecer. Dentro del colectivo de pensionistas, casi el 60% queda exento de esta deducción.

De los 12 millones de contribuyentes que sí acceden a la desgravación, hay 1.650.278 trabajadores, pensionistas y autónomos que solo se pueden beneficiar en parte de esta deducción y unos 10.510.517 que acceden a la rebaja completa de 400 euros al año. De media, la deducción de 400 euros ha quedado reducida a unos 248, según FUNCASim.

Funcas calcula que eliminar esta deducción permitirá al Estado un ahorro de 4.514 millones de euros, una cifra inferior a la de 6.000 millones que estimó el Gobierno como coste de la medida. El catedrático de Economía Aplicada José Félix Sanz, director del proyecto FUNCASim, expresó sus dudas sobre el rigor de los datos en los que se apoya el Gobierno para tomar decisiones en materias fiscales, y pidió una mayor reflexión de cara a las reformas que ha anunciado el Gobierno para lograr 15.000 millones más de ingresos en el 2010.

Según el director de Funcas, Victorio Valle, para lograr los 15.000 millones que busca el Gobierno, hay que emprender reformas más profundas, como subir el IVA o suprimir la deducción por vivienda.