Nintento, la multinacional japonesa de los videojuegos que nació en 1889 como fabricante de cartas, no atravesaba un buen momento. Durante la crisis entró en pérdidas por primera vez y su beneficio del año pasado se hundió un 60,5%, hasta los 131 millones de euros, por su incapacidad de dar con la tecla del éxito para reconectar con los aficionados. Sin embargo, y de forma inusual en cualquier sector que no sea el tecnológico, la situación y perspectivas de la compañía han experimentado un giro copernicano gracias a Pokémon Go.

La mejor prueba de ello es la valoración que los inversores hacen de la compañía. Desde que lanzó el juego de realidad aumentada en Estados Unidos, Nueva Zelanda y Australia el pasado 6 de julio, su valor en bolsa se ha disparado un vertiginoso 76%. Las compras de sus acciones, así, se han disparado ante la perspectiva de que las cuentas del grupo mejoren notablemente, con lo que la firma vale ahora 30.605 millones, más de 13.000 millones por encima que hace apenas ocho días.

Paradójicamente, la empresa dueña de franquicias tan conocidas globalmente como Super Mario y The Legend of Zelda se resistió durante mucho tiempo a entrar en el negocio de los juegos para teléfonos móviles inteligentes. "Se ha dicho muchas veces que el negocio de Nintendo no está siendo tan bueno como se había previsto debido a la influencia de los smartphones. En repetidas ocasiones hemos investigado si los juegos sociales, así como los smartphones, afectan a nuestro negocio. Los resultados de nuestra última investigación apuntan que no existe relación alguna", llegó a afirmar su expresidente, Satoru Iwata.

PRESIÓN DE LOS ACCIONISTAS

La compañía, sin embargo, se vio obligada a cambiar de estrategia ante la presión de sus inversores. En marzo del 2015, firmó una alianza estratégica y de capital con el proveedor japonés de juegos para móviles DeNA. Con todo, su primer lanzamiento a comienzos de este año, Miitomo (una mezcla de red social, mensajería instantánea y videojuego), ha sido decepcionante. Los inversores lo vieron venir: las acciones de las dos compañías cayeron con fuerza cuando se anunció el producto (8,97% y 14,93%, respectivamente). Y si bien en un primer momento las descargas de la aplicación fueron notables, el uso y los pagos que han estado dispuestos a hacer los jugadores han resultados muy inferiores a los esperados por las compañías y el mercado.

Las expectativas de los inversores sobre la capacidad de Nintendo para triunfar en el negocio de los móviles, por tanto, habían caído notablemente, con lo que les ha cogido por sorpresa el fulgurante éxito de Pokémon Go, lo que explica que el grupo se haya disparado en bolsa. En Estados Unidos, por ejemplo, en los dos primeros días desde su lanzamiento contaba con más usuarios en teléfonos Android que Tinder y estaba cerca de alcanzar a Twitter, según la firma de análisis Similarweb. Además, era usada más tiempo al día que Whatsapp, Instagram y Snapchat.

Con todo, el banco Nomura ha alertado del riesgo de burbujaya que Nintendo tuvo un papel secundario en el desarrollo del juego y posee una participación minoritaria en las compañías que lo hicieron principalmente (Pokémon Co. y Niantic). Es decir, que le corresponderán un 32% de los ingresos (apenas entre 8 y 14 millones al año). Los inversores, por tanto, han apostado por el nuevo campo de negocio que se le abre a la compañía. Habrá que ver si sus previsiones se confirman o son infundadas o excesivas.