La presidencia sueca de la Unión Europea (UE) convocó ayer una cumbre extraordinaria el 17 de septiembre en Bruselas para que los líderes de los Veintisiete consensúen cómo gestionar la salida de la crisis y cómo continuar la reforma del sistema financiero internacional de cara a la cumbre del G-20 el 24 y 25 de septiembre en Pittsburgh (EEUU). "La UE debe tener una postura común firme en la cumbre del G-20 y hablar con una sola voz", dijo el primer ministro sueco y presidente semestral de la UE, Fredrik Reinfeldt.

La UE, precisó Reinfeldt, debe tener una posición común sobre la estrategia de salida de la crisis y saneamiento de las cuentas públicas, sobre la reforma del sistema de retribuciones y bonificaciones de los ejecutivos bancarios y sobre el reforzamiento efectivo de la regulación y supervisión de los mercados financieros.

"Estamos viendo una tendencia de volver al mismo sistema de primas y bonificaciones que existía antes de la crisis", dijo Reinfeldt. "La UE tendrá que ser muy clara en exigir algún tipo de regulación en las retribuciones" para evitar que el sector financiero vuelva a las operaciones especulativas de alto riesgo que desencadenaron la crisis, añadió Reinfeldt. Gran Bretaña se ha sumado a la exigencia europea de reglas obligatorias sobre retribuciones en entidades financieras.