La economía de EEUU, que ha vivido constantes altibajos desde los atentados del 11 de septiembre del 2001, registró un crecimiento del 4% en el tercer trimestre del año (de julio a septiembre), según datos del Ministerio de Comercio divulgados ayer. El consumo de las familias fue el motor de esta progresión.

La cifra confirmada ayer contrasta con el crecimiento del producto interior bruto (PIB) del segundo trimestre, que fue sólo del 1,3%. Según el organismo oficial, la compra de automóviles y de otros bienes duraderos impulsó el gasto de los consumidores.

La mayoría de los expertos pronostica que la economía americana tomará impulso hacia la segunda mitad del 2003 después de la breve recesión registrada en el 2001.