El Ibex 35 consiguió ayer amortiguar la caída (llegó a ser del 7% durante la sesión) y cerró ligeramente por encima de los 8.000 puntos, después de ceder el 4,11%. El resto de las bolsas europeas tuvieron pérdidas menores que la española, mientras que Wall Street terminó con un retroceso del 2,42% pese a los buenos resultados de la venta de viviendas nuevas en septiembre. El precio del barril de Brent, de referencia en Europa, cayó hasta los 61,41 dólares; y el euro, hasta los 1,248 dólares. En las grandes plazas europeas dominó el color rojo. Los descensos, sin embargo, fueron menores que los del mercado español. Destacó particularmente la evolución del DAX de Fráncfort, que cedió tan solo el 0,22%, impulsado por las acciones de Volkswagen. La automovilística se revalorizó un 113%.

Los analistas temen que la ralentización económica tendrá consecuencias negativas en los resultados empresariales, lo que se deja notar en las cotizaciones de las empresas. Más de 12 billones de dólares se han evaporado de la renta variable en todo el mundo este mes, una tercera parte del total. Esa pérdida justifica que el valor de las acciones esté por los suelos, lo que, sin embargo, parece razón insuficiente para comprar, dada la extrema inestabilidad de los mercados.

Todos los valores del Ibex 35 cerraron en rojo, salvo Unión Fenosa que repitió precio. La mayor caída fue la registrada por Abengoa, con el 9,18%. Los analistas de ING elogiaron la liquidez del sistema financiero español. A pesar de eso, los bancos estuvieron entre los valores más penalizados del día. El Popular, que llegó a caer más del 10%, cerró con descensos del 5%. Mientras, las acciones del BBVA y las del Santander despidieron la jornada el 4,5% y el 3,9% en negativo, respectivamente. Ambos bancos presentarán resultados esta semana y los expertos esperan que mantengan la fortaleza de trimestres anteriores. A pesar de ello, UBS recortó los precios objetivos de ambos valores.