Uno de los grandes inconvenientes del sector inmobiliario es la falta de estadísticas fiables o, por contra, la abundancia de estimaciones. Esta es una de las principales quejas de Pedro Pérez, secretario general del G14, un lobi que agrupa a las 13 mayores promotoras del país. No obstante, él sí se atrevió a aventurar ayer que las ventas de pisos han caído más de un 35% desde agosto.

En su opinión, durante el 2007 se han sucedido dos etapas. Una, de enero a julio, en que la bajada de las ventas se situó entre el 13% y el 15%. Y la segunda, a partir de agosto y hasta el pasado noviembre, en que la caída "fue más del doble", dijo. La desaceleración se puede observar también en que las inmobiliarias han decidido congelar muchos proyectos que tenían pensado lanzar y que se encontraban ya en fases preliminares de construcción. El inicio de viviendas podría haber bajado un 40%, según las cifras del G14.

Visto desde otro prisma, las estimaciones que elabora la sociedad Analistas Financieros Internacionales (AFI) para el G14 apuntan que la demanda en España ha caído entre 80.000 y 90.000 viviendas en el 2007, lo que supondría un 15% menos que hace un año.

A pesar de las cifras, Pérez rehusó hablar de crisis. "El sector no pasa por el mejor momento de los últimos 10 años, pero el término crisis no es aplicable si se compara con los periodos 1981-84 y 1991-93, cuando había recesión económica, tipos de interés de dos dígitos y alto desempleo". Ahora, dijo, la situación económica es buena, el estoc de vivienda sin vender se ha estabilizado en septiembre y existe una demanda "embalsada" a la espera de que se despejen algunas incógnitas, como el futuro precio del dinero.

INCERTIDUMBRE Una de las principales preocupaciones del sector inmobiliario es saber cuánto va a durar esta desaceleración para poder planificar las promociones. Lo único que tiene claro el G14 es que, en el futuro, se venderán en España entre 450.000 y 490.000 viviendas anuales, una cifra sensiblemente inferior a las 600.000 que se venían comercializando en los últimos ejercicios. El AFI entiende que esta reducción podría dejar sin empleo a 400.000 personas en los próximos dos años.

Los dos problemas de los promotores son lograr préstamos y subrogarlos a los clientes dada la restricción crediticia originada por la crisis de confianza por las hipotecas basura; y el precio del suelo, responsabilidad de ayuntamientos y autonomías.