La nueva política de lanzamientos de las distribuidoras es tan revolucionaria que amenaza con una rebelión de las salas de exhibición y los videoclubs. Las distribuidoras quieren sacar todo el jugo a sus derechos cinematográficos en poco tiempo, un objetivo que sólo les beneficia a ellas y a detallistas de DVD como Fnac y El Corte Inglés.

En EEUU, el director general de la cadena de videoclubs Blockbuster (pertenece a Paramount), John Antioco, ha lanzado un aviso: "Tienen mucho que perder". Y las salas de cine ya rechazaron una película --From Justin to Kelly , de Fox-- que se iba a comercializar sólo seis semanas después de la premiere.

"Hemos perdido un 7% de la facturación por culpa del day and date (un título está a la venta y en alquiler el mismo día)", sostiene Fernando Besada, presidente de la asociación de videoclubs Feav, con 1.000 establecimientos asociados. "Con esta facilidad para comprar películas, los amiguetes se las prestan y eso nos perjudica". Besada, propietario de un videoclub en O Grove (Pontevedra), dejó de comprar durante seis meses a Warner, pionera del day and date . Algunos le emularon; otros, no.

"No voy de Cid Campeador y de momento tenemos las manos atadas". El sector está muy atomizado --6.000 videoclubs en España-- y las majors tienen la sartén por el mango. "La postura de las grandes distribuidoras es unilateral", dice Javier Lozano, presidente de la otra gran asociación, Fevica.

Según fuentes del sector, las majors compensan a los videoclubs por esa política. Warner, por ejemplo, les vende los títulos a un precio más bajo, lo que permite poner en alquiler un mayor número de copias para que los ingresos no se resientan.

Las firmas independientes españolas, como Lauren, Filmax, Manga Films y DeAPlaneta, son escépticas. Ninguna ha adoptado el day and date y siguen dando cuatro meses de exclusividad al punto de alquiler. "Es un arma de doble filo", dice un ejecutivo de la pequeña distribución. Estas empresas, que dependen mucho del alquiler (las majors venden más a detallistas), temen que este eslabón de la cadena de valor de un filme pierda peso.

Ya hay iniciativas, como la tienda de descargas de películas Movielink que, impulsada por los grandes, en el futuro podrían dar una grave estocada al videoclub. Su equivalente de la industria discográfica, iTunes (de Apple), ha sido todo un éxito.

´TAQUILLAZOS´ "Tenemos que amortizar los derechos que adquirimos", afirma este directivo. A diferencia de las majors , las independientes no tienen en su grupo empresarial una factoría de taquillazos . Algunas se han lanzado a hacer producciones --Filmax es un caso claro--, pero aun así siguen comprando muchos títulos. Esa desventaja limita la presencia en el negocio de venta directa y obliga a potenciar el canal del videoclub.