La sesión de ayer constituyó una prueba más de que el centro del poder económico se está desplazando desde el Atlántico hacia el Pacífico. Las bolsas europeas vivieron una jornada de fuertes repuntes gracias a que el Gobierno chino desmintió el rumor de que iba a disminuir el peso de la deuda pública del continente en su cartera de inversiones.

El Ejecutivo asiático, además, mostró su apoyo a las medidas de estabilidad pactadas por la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional. Un espaldarazo que hizo que el euro, que llegó a caer hasta los 1,22 dólares, se recuperase hasta los 1,23.

Tras unas sesiones desastrosas, el Ibex 35 vivió su tercera mayor subida del año --el 3,23%, hasta los 9.334,9 puntos-- y recuperó el nivel que perdió a finales de la semana pasada, si bien en el año acumula un descenso del 21,82%. Su comportamiento estuvo en línea con el de los principales selectivos europeos: el italiano (4,54%), el francés (3,48%), el alemán (3,3%) y el británico (3,09%).

Los buenos vientos llegados desde el Oriente pesaron más en el ánimo del mercado que la revisión a la baja en dos décimas del crecimiento de Estados Unidos durante el primer trimestre (3%). La apertura al alza de Wall Street apuntaló la sesión de ayer.

La aprobación ajustada del plan de austeridad español y la decisión del Banco de España de presionar más a la banca con las provisiones no hicieron demasiada mella en el ánimo de los inversores.

Entre los valores que menos crecieron, estuvieron financieros como el Popular (0,95%), el Sabadell (0,96%), el Santander (1,13%) y Banesto (1,52%). Los que más crecieron fueron industriales, como Abertis (7,51%), Iberia (6,84%), Ferrovial (6,03%) y Gamesa (5,82%).

La rentabilidad de la deuda española a largo plazo subía cuatro centésimas y se situaba en el 4,23%, mientras que el efectivo negociado en el mercado continuo se situó en 3.119 millones.