Los malos datos de paro en Estados Unidos aportaron, paradójicamente, optimismo en la bolsa de Nueva York. Los inversores esperan que estas cifras fuercen al Senado a aprobar cuanto antes el plan de estímulo económico impulsado por Obama para el sector bancario. Esto dio alas a las bolsas europeas y el Ibex 35 repuntó el 1,24%, hasta los 8.544 puntos. En la semana, el indicador se revaloriza el 1,1%, muy lejos de las subidas en el resto de Europa, donde los parquets mejoraron por encima del 5%, con el DAX alemán a la cabeza, con casi el 9%.

La referencia del día, el dato de empleo estadounidense, fue el resorte para que las bolsas cerraran la semana con una sonrisa. Aunque las cifras son preocupantes --se destruyó empleo en enero al mayor ritmo en 34 años-- el mercado tiene su propia interpretación del efecto de esas cifras. Los índices estadounidenses reaccionaron con subidas, por encima del 2% en la mayor parte de la sesión, y arrastraron a los europeos.

La banca española apenas se enteró del rebote: el Santander terminó plano y el Popular registró una caída del 0,39%. Sin embargo, Bankinter repuntó el 2,74%, seguido de Banesto (2,07%), Banco Sabadell (1,81%) y el BBVA (0,67%).

Las mayores subidas de la sesión fueron para Ferrovial, el 5,52%, seguida de Iberia, el 5,32%, después de que las negociaciones de fusión con British Airways vayan por buen camino, hasta el punto de que la británica anunció ayer que habrá operación. Los descensos se concentraron en Mapfre, Iberdrola Renovables y Criteria.

Como telón de fondo, la semana transcurrió dentro de lo previsto: con más referencias que demuestran que el deterioro económico va a más. Así lo confirmaron los resultados debilitados presentados por las empresas y el BCE al justificar su decisión sobre los tipos de interés. La renta variable espera que la próxima semana se definan los planes de ayuda en Estados Unidos, un elemento clave en el devenir del mercado.