La inflación, el precio de la vivienda y el endeudamiento de las familias son los tres riesgos que planean sobre el crecimiento de la economía española, según advirtió ayer el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana. Estos tres riesgos son herencia del "patrón de crecimiento" que ha permitido a la economía española crecer más que el resto de los países europeos en los últimos años gracias al gasto de los hogares y a la construcción. Según Caruana, los tres "fenómenos" reseñados deben ser encauzados "de manera ordenada", para "evitar que aparezcan riesgos para la competitividad de la economía y para la sostenibilidad del crecimiento".

El gobernador compareció ayer en el Congreso para ofrecer su punto de vista sobre las cuentas públicas presentadas por el Gobierno para el 2004. Su intervención estuvo marcada por elogios hacia la economía española, la política de los últimos años y los Presupuestos del 2004. "Respecto al tema de la burbuja inmobiliaria y la vivienda", Caruana prefirió hablar de "prudencia, que no de alarma" y pronosticó "un ajuste suave, no de una manera abrupta" de los precios. "Otra cosa son los factores de riesgo, que hay que tener presentes", insistió.

EL PROBLEMA DE LA INFLACION

Sobre el problema que plantea el diferencial de inflación para la competitividad y el empleo de la industria española, opinó que en el 2004 la inflación de la zona euro se situará por debajo del 2% y que el diferencial español --que ahora es de un punto-- "se reducirá a lo largo del año". Según el gobernador, la moderación de la inflación permitirá al Banco Central Europeo (BCE) mantener bajos los tipos de interés el año próximo. Esta situación, dijo, ayudará a impulsar la recuperación de la zona euro en el 2004.

A diferencia del año pasado, Caruana coincidió ayer con las previsiones macroeconómicas del Gobierno y dijo que la economía española crecerá este año el 2,3% y el próximo, el 3%. Según Caruana, los Presupuestos del 2004 contribuirán al crecimiento económico gracias a la reforma del IRPF y al incremento de partidas de gasto social y en inversión pública. "El objetivo de equilibrio presupuestario puede resultar, por tanto, compatible con un signo moderadamente expansivo de la política fiscal", dijo.

El gobernador abogó por adelantar al 2004 el objetivo de superávit presupuestario previsto para el 2005 y dijo que un fortalecimiento de las finanzas permitiría afrontar con mayores garantías retos como "el efecto del envejecimiento de la población sobre las cuentas públicas", pero opinó que menos halagüeña es "la política fiscal de otros países europeos".