La situación de Grecia no ha cambiado, pero los inversores parecen dispuestos a creer que está a punto de mejorar. Así evolucionó ayer el mercado --errático-- según soplara el viento más o menos a favor de una intervención en ayuda del país heleno. El Ibex 35 terminó en los 10.455 puntos, con el 1,75% al alza, tras experimentar una volatilidad de más de 200 puntos entre los máximos y mínimos del día. Mejoró los resultados del resto de mercados europeos, que tuvieron alzas más ligeras, gracias a las subidas de los grandes bancos.

No ayudó Wall Street. La bolsa neoyorquina, pese a registrar una leve tendencia alcista en los primeros minutos de cotización, registró recortes después de que el departamento de Comercio estadounidense difundiera que el déficit comercial del país aumentó en 40.200 millones de dólares en diciembre, por encima de las previsiones. Además, un poco más tarde, se supo que la Reserva Federal podría comenzar a retirar los estímulos sin precedentes que inyectó durante la crisis financiera y eliminar primero parte del efectivo del sistema financiero estadounidense y luego subir los tipos de interés, según dijo su presidente, Ben Bernanke. La bajada del petróleo a 71 dólares antes del cierre hizo que las pérdidas del mercado neoyorquino se incrementaran.

En el plano empresarial, destacar que la farmacéutica francesa Sanofi-Aventis anunció un aumento del 10,4% del beneficio neto en el último trimestre del año, ligeramente por encima de las previsiones, y que Arcelor-Mittal anunció que su resultado de explotación fue de 2.100 millones de dólares, menos de los 2.200 previstos.

En el mercado español, resurgió de sus cenizas la fortaleza del sector financiero, con el Santander tres puntos porcentuales arriba, Bankinter, cinco y el BBVA, más de tres. En el lado de las pérdidas, se pusieron de manifiesto los resultados de Arcelor, que perdió más del 7%, seguida de Acerinox, con un descenso del 5,2%, y BME y Gamesa cayeron el 1,14% cada una.