Ayer lunes comenzó el otoño astronómico, empezaron las lluvias y regresó el temporal bursátil. Tras las subidas históricas del viernes pasado volvieron las pérdidas, con especial incidencia en el sector bancario. El Ibex 35 casi se dejó la cuarta parte de lo que ganó en la última sesión de la semana pasada. El día se saldó con un retroceso del 1,98%, hasta situar el principal indicador español en los 11.328,50 puntos.

Una vez superada la primera euforia por el efecto rescate como consecuencia del plan de EEUU para solventar la crisis, llegó la reflexión y, como resultado de ello, regresaron las pérdidas.

Los números rojos volvieron a perseguir a la banca. En Wall Street, las financieras de menor tamaño sufrieron el castigo de los inversores después de que Merrill Lynch señalase que el plan de medidas del Gobierno de EEUU provocará más pérdidas crediticias a dichas entidades. En definitiva, que da la impresión de que la recuperación del sector financiero no parece clara. Los marcadores del parquet así lo reflejaron.

Entre los pesos pesados del selectivo español, el Santander restó el 3,9% después de que la junta de accionistas de la entidad aprobase la ampliación de capital para la compra del británico AL&L. Iberdrola bajó el 2,89%; Telefónica, el 1,39%; el BBVA, el 0,43%, y Repsol YPF, el 0,2%. En el sector bancario destacó el retroceso del Sabadell, que se dejó en el camino el 7,6%, la mayor caída registrada entre los valores del Ibex. Fuera del ámbito financiero, Grifols sufrió un correctivo del 6,7% y Cintra, del 5%

En lo que respecta al mercado continuo, la filial de Sacyr Testa subió el 14,84% y Solaria, el 8,33%. En el terreno negativo, la compañía de energía eólica Fersa y Reno de Medici restaron en torno al 8%. Las demás plazas europeas también tiñeron de rojo sus paneles ayer, con descensos en todos los casos superiores al 1% en una jornada en la que, de nuevo, regresaron el pesimismo y los malos augurios.