Seis días después todavía siguen sin estar muy claros qué motivos provocaron que la Bolsa de Nueva York se desplomara más de un 9% en 20 minutos. Mientras continúa la investigación abierta por el regulador, los seis principales mercados de EEUU se han comprometido con la SEC a tomar medidas para evitar que ocurra algo similar.

A falta de que se concrete la propuesta, la idea consiste en que las bolsas de EEUU restrinjan a través de un sistema de cortocircuitos las operaciones que se realizan a través de lo que se conoce en Wall Street como trading de alta frecuencia (órdenes de compra y venta intradía de grandes volúmenes de títulos realizadas mediante potentes ordenadores en cuestión de milésimas de segundo).

Esas operaciones se detendrán cuando un índice determinado o las acciones de una compañía individual se disparen o se derrumben de forma sospechosa, tal como ocurrió la semana pasada con el Dow Jones y los títulos de Accenture o Procter & Gamble.

Las nuevas medidas se conocen en medio del debate que se ha instalado en Was- hington y Nueva York sobre el efecto que pueden tener técnicas bursátiles como el trading de alta frecuencia y la creciente presión que hay sobre los reguladores para que tomen medidas para controlar el funcionamiento de los mercados.