El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se mostró abierto a una minirreforma del Tratado de la UE para consolidar de forma permanente el fondo de rescate de países para satisfacer las demandas francoalemanas, según fuentes diplomáticas. Zapatero se alineó con la postura flexible mostrada por Suecia, Finlandia, Gran Bretaña y Eslovaquia. Pero consideró "excesivo" que se pueda privar a un estado de su derecho a voto en la UE. La suspensión temporal de este derecho a los países indisciplinados es "poco realista", en su opinión.

Zapatero dijo que "comprendía" las razones de Merkel de reformar el tratado para evitar que el Tribunal Constitucional alemán pueda cuestionar el mecanismo provisional de estabilización financiera (capaz de movilizar 750.000 millones de euros), ya que el actual tratado prohíbe que los demás países de la zona euro salven a otro estado miembro de la bancarrota. España se declaró abierta a respaldar una fórmula de consenso.

APOYO A CAMERON En la primera sesión de la cumbre, Zapatero respaldó la posición del primer ministro británico, David Cameron, en defensa de la austeridad presupuestaria en la UE, y consideró que el gasto comunitario en el 2011 no podía crecer más del 2,9%, porque en la UE debían aplicarse los mismos criterios de austeridad que la Comisión Europea exigía a los estados miembros. Argumentó que el aumento del gasto del 6% que promovían la Comisión Europea y el Parlamento Europeo no era el adecuado en este momento en que se tienen que tomar decisiones difíciles a nivel nacional para controlar el gasto público.

España respaldó endurecer el pacto de estabilidad y el nuevo sistema de sanciones semiautomáticas por el descontrol del gasto público, que requerirán una mayoría cualificada del Consejo de Ministros de la UE para frenarlas. El Gobierno "se siente muy cómodo con el nuevo sistema", indicaron fuentes diplomáticas, que descartaron que esas sanciones se apliquen a España, porque el plan de ajuste y reducción del déficit público se cumplirá a rajatabla.