El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó ayer ante la comisión ejecutiva del PSOE que no hay crisis económica y que el uso de dicha palabra para describir la situación puede afectar la inversión extranjera en España. De acuerdo con Zapatero, el término "crisis" implica recesión, es decir, dos trimestres consecutivos de decrecimiento intertrimestral de la economía, circunstancia que de momento no se ha dado.

En el encuentro, el secretario de organización, José Blanco, y varios dirigentes llamaron a combatir la imagen de inacción que se puede estar transmitiendo desde el Ejecutivo. Blanco afirmó que no solo el titular de Economía, Pedro Solbes, sino otros ministros deberían exponer sus proyectos de legislatura. Por otra parte, el PSOE, a través de Blanco, apoyó a Zapatero en sus recientes críticas al Banco Central Europeo (BCE) y las enmarcó en su defensa del "interés de las familias" hipotecadas.

El líder del Ejecutivo reclamó el sábado "prudencia" al presidente del banco, Jean-Claude Trichet, y le censuró por provocar alarma con el anuncio de una nueva subida de 25 puntos básicos de los tipos (ahora en el 4%). Tras las palabras del banquero, el euríbor a 12 meses alcanzó su récord y ayer registró su segundo récord consecutivo, al situarse en el 5,429%.

El Gobierno alemán hizo ayer un canto a favor de la independencia del BCE sin juzgar a su presidente. "No tenemos por qué criticar la política del Banco Central o del señor Trichet. Para nosotros, la independencia del banco es irrenunciable", defendió el viceportavoz del Ejecutivo, Thomas Steg. En todo caso, atribuyó a Zapatero la responsabilidad de explicar si apoya o no la independencia del organismo.

El vicepresidente del BCE, Lucas Papademos, rechazó que el aviso de Trichet haya generado volatilidad en los mercados financieros. Añadió que el anuncio "solo puede contribuir a una mayor estabilidad".