Un día antes de que se cumplan los tres años de su toma de posesión como presidente del Gobierno y a un mes de las elecciones municipales, José Luis Rodríguez Zapatero reivindicó ayer la situación económica española ante la élite empresarial. Emilio Botín, presidente del Santander; César Alierta, presidente de Telefónica (las dos empresas españolas más grandes e internacionales); Isidoro Alvarez (El Corte Inglés); Florentino Pérez (ACS) o Jesús de Polanco (Grupo Prisa), entre otros, asistieron en primera fila al evento.

Zapatero, que llegó acompañado de siete ministros, comenzó su discurso pasadas las 12.30 de la mañana y cuando la bolsa subía el 0,28%. Bajo el marco "espléndido" de la Bolsa de Madrid, el jefe del Ejecutivo hilvanó una visión optimista de la economía española. Para el 2007 auguró un crecimiento superior al 3,5% del producto interior bruto (PIB), lo que creará "mucho empleo" y permitirá seguir "con la tendencia descendente de la tasa de paro" y una menor inflación. Al terminar su intervención, la bolsa subía el 0,35%.

SEGUNDA FILA DE LUJO Tanto optimismo político fue observado desde la segunda fila por otros apellidos destacados del mundo empresarial como Entrecanales (Acciona), Goirigolzarri (BBVA), Del Pino (Ferrovial), Del Rivero (Sacyr Vallehermoso), Fainé (La Caixa), Vilaseca (Gas Natural) y Cuevas (CEOE).

"Tan importante como el contenido ha sido el continente", relataba un destacado banquero al acabar el discurso presidencial. Y, aunque "todo lo que ha dicho, ya nos lo sabíamos", en palabras de un gran constructor, lo importante fue que "el Gobierno, por fin, se ha dado cuenta de que la economía es su mejor activo en estos momentos", subrayó un diputado socialista.

Tan comentadas como las presencias resultaron las ausencias. Varios personajes vinculados a las diferentes etapas de las opas por tomar el control de Endesa no estaban entre los asistentes, como el presidente de la eléctrica, Manuel Pizarro, o el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán. Con todo, la ausencia más estruendosa fue la del número uno de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Manuel Conthe, frente a la evidente presencia del vicepresidente del regulador, Carlos Arenillas, que estuvo después arropado por su esposa, la ministra de Educación Mercedes Cabrera; el candidato a la alcaldía por Madrid, Miguel Sebastián; y el director de la oficina económica del presidente, David Taguas, muy felicitado por el informe presentado. Entre los ilustres que también departieron con el presidente, figuraba el catedrático y exgobernador del Banco de España, Luis Angel Rojo.

Aunque Zapatero agradeció la colaboración tanto de empresarios como de sindicatos, Cándido Méndez y José María Fidalgo, secretarios generales de UGT y CCOO, no asistieron al acto.

CALIDAD DEMOCRATICA Para Zapatero, la presentación del informe es una decisión "de calidad democrática" y de transparencia. "El 2006 --dijo-- ha sido el mejor año de la economía española". Pero, para no caer "en la autocomplacencia", enumeró los desafíos pendientes, como la mejora de la productividad, el desequilibrio del sector exterior y el fortalecimiento del Estado del bienestar. Al referirse a la bonanza y a la política económica dijo: "El acierto básico es, en gran medida, responsabilidad del vicepresidente". Esta cita a Solbes fue interpretada por un miembro del Gobierno como una muestra del respeto de Zapatero al vicepresidente, que será "quien nombre al presidente de la CNMV".

Zapatero destacó el papel que en la internacionalización han jugado "algunas entidades, constituyéndose como bancos líderes a nivel mundial", en referencia al Santander y al BBVA. La otra cita fue para las telecomunicaciones que han "ganado en tamaño, a la vez que en eficiencia", en referencia a Telefónica. Botín y Alierta, en primera fila, no movieron un músculo.