Zapatero pide confianza a la oposición, que cuestiona su gestión de la crisis

En su segunda comparecencia extraordinaria para evaluar la situación económica, la primera del nuevo curso parlamentario, Zapatero ha vuelto a encontrarse con las críticas de todos los portavoces parlamentarios, que le han reclamado iniciativas de carácter estructural y le han pedido que la contención del gasto no afecte sobremanera a las comunidades autónomas.

En esta esperada comparecencia, Zapatero ha anunciado solo dos nuevas medidas, ambas destinadas a aliviar la caída del sector inmobiliario: una línea de crédito para avalar a los promotores a cambio de que estos pongan en el mercado viviendas en alquiler y la posibilidad de que se creen sociedades de inversión inmobiliarias, para ayudar al sector a obtener liquidez.

Rajoy: "Nada nuevo ni relevante"

"¿A qué ha venido usted aquí?", ha espetado a Zapatero el líder del PP, Mariano Rajoy, en cuanto el presidente finalizó su intervención. Convencido de que en la exposición de Zapatero no había habido "nada nuevo ni relevante", Rajoy le pidió que "deje de ser parte del problema si no está capacitado o dispuesto a dar soluciones o a contribuir a ellas". Zapatero, por su parte, ha lamentado la "falta de rigor" de Rajoy en su análisis de la situación económica por estar "obsesionado" con un único objetivo, el de culpar al Gobierno de la crisis.

Como hizo en julio, el presidente del Gobierno ha insistido en que el deterioro económico no es exclusivamente español sino que afecta a las principales economías desarrolladas y tiene su causa principal en la crisis financiera internacional, que ha supuesto la restricción del crédito y que reduce la capacidad de reacción de las empresas.

Próximo trimestres "duros y complicados"

El jefe del Ejecutivo ha hecho un llamamiento al esfuerzo colectivo ante la crisis y ha reclamado confianza sobre las posibilidades "no lejanas" de salir de ella, aunque ha reconocido que los próximos trimestres serán "duros y complicados". Como dato positivo ha citado la ligera subida de la confianza de los consumidores y ha augurado una bajada de la inflación para los próximos meses propiciada por la caída del precio del petróleo, hasta situarse por debajo del 4% a finales de año. Ante esta coyuntura, Zapatero ha garantizado que su Gobierno mantendrá el gasto social comprometido, si bien ha avanzado que el crecimiento del gasto no financiero de los Presupuestos Generales del Estado será sólo del 3,5%, en lugar del 5% de límite que había permitido el Congreso.

El presidente del Gobierno ha reconocido que lo que más le preocupa en este momento es el empleo, y ha dicho que las personas que pierden su trabajo o las que no pueden incorporarse al mercado laboral son la "dolorosa fracción de un fracaso colectivo" del que también el Ejecutivo se siente responsable. En este ámbito ha anunciado que el actual plan de recolocación aumentará hasta los 1.106 millones.

Ocultación "deliberada"

Desde las filas de la oposición, Mariano Rajoy acusó a Zapatero de haber ocultado "deliberadamente" los problemas económicos con la proximidad de las elecciones y después intentar minimizar las dificultades. Rajoy también lamentó que el presidente "no se atreva" a hacer una reducción drástica del gasto público --para que no crezca más del 2% como pide el PP-- porque tiene "demasiados compromisos adquiridos". Tanto Rajoy como los portavoces del resto de grupos criticaron la política de "cheques" del Ejecutivo, a pesar de que Zapatero aseguró que la rebaja fiscal de 400 evitará una mayor caída del consumo y la actividad en la segunda parte del año.