Tras más de año y medio de desencuentros y en pleno terremoto bursátil, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy se reunieron ayer en la Moncloa y salieron con dos pactos bajo el brazo, pero también con grandes discrepancias sin resolver. Hubo acercamiento obligado por las circunstancias, pero no la unidad política requerida para, como hubiera sido deseable, lanzar un mensaje de confianza y estabilidad. En sendas comparecencias, el presidente del Gobierno y el líder del PP explicaron, no obstante, el acuerdo alcanzado para promover, en el plazo de tres meses, una reforma de la legislación de las cajas de ahorros que abrirá estas entidades al capital privado.

Además, concertaron impulsar el proceso de fusión de las entidades financieras para que esté finalizado el 30 de junio. En relación a Grecia (el segundo acuerdo logrado ayer), ambos dirigentes expresaron su total apoyo a la aportación de España de 9.800 millones para el plan de rescate de la Unión Europea. Los recientes contactos del nuevo presidente de la Confederación de las Cajas de Ahorros (Ceca) y presidente de La Caixa, Isidre Fainé, con Zapatero y Rajoy sin duda han contribuido al acuerdo de los dos principales partidos en torno a estas entidades.

MENOS PESO POLITICO Para facilitar el refuerzo de los recursos propios de las cajas de ahorros, Gobierno y PP coinciden en dotar de derechos políticos a las cuotas participativas. Estas son un tipo de acciones sin derecho de voto que pueden emitir las cajas para captar capital. Hasta ahora no han tenido éxito alguno, pues los inversores no encuentran ningún interés en colocar sus ahorros en unos títulos que no les conceden poder de decisión en unas entidades cuya gestión, a menudo, está determinada por criterios políticos.

A fin de evitar el riesgo de una privatización, el Gobierno quiere que las instituciones (autonomías, ayuntamientos y diputaciones), impositores y trabajadores conserven la mayoría. El capital privado podría acceder, como máximo, al 49% de los derechos de voto, o a un porcentaje inferior, según fuentes del Ejecutivo. Este modelo ya ha recibido el aval de CCOO. La reforma de las cajas que pretenden acometer PSOE y PP incluye medidas para reforzar "la independencia" y "la profesionalización y democratización" de los órganos de gobierno, la "transparencia" en la gestión y la "responsabilidad" de los administradores. Ambos partidos están de acuerdo en impedir que los cargos electos (alcaldes, concejales o diputados) participen en los órganos de gobierno de las cajas.

El presidente Zapatero explicó que del total de 45 cajas de ahorros, "un tercio" ya han abordado algún tipo de proceso de reestructuración. "Otro tercio" no lo necesita. "Y tenemos otro tercio que hay que reestructurar a través de fusiones", que precisarán de dinero público del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancario), dotado con 90.000 millones de euros. Y aunque socialistas y populares comparten que hay que racionalizar el modelo financiero, chocan a la hora de buscar a los responsables de que la remodelación vaya por la vía lenta.

LOS OBSTACULOS Así, mientras Rajoy defendió ayer que a él le toca solo dar respaldo a la reforma y que es responsabilidad exclusiva del Gobierno y del Banco de España propinar al proceso el empujón definitivo, Zapatero dijo que hay obstáculos "políticos y territoriales" para cuya solución se requiere la "voluntad" de los partidos. No en vano la colaboración de los gobiernos autonómicos resulta fundamental para poder convertir la reestructuración de las cajas en una realidad. "Hemos analizado cada caso y sabemos en dónde hay que trabajar para que esto esté listo el 30 de junio", apuntó el presidente.

De las tres grandes reformas pendientes en la economía española, Zapatero y Rajoy consiguieron avances únicamente en el sector financiero. Pusieron en evidencia, sin embargo, que siguen estando en las antípodas en las otras dos grandes cuestiones: la reducción del déficit público y la reforma laboral. También en el diagnóstico de la situación económica: según el presidente, las perspectivas son esperanzadoras. Según el líder de la oposición, la situación es "crítica".

¿Pesa más el encuentro o las diferencias? Si se mira bajo el prisma gubernamental, lo relevante es el acercamiento. Pero si la óptica es la del PP, lo importante es la diferencia de criterios a la hora de abordar la crisis: Rajoy está convencido de que marcar distancias le convierte en "alternativa" real.