El siempre optimista líder socialista y presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, protagonizó ayer un mítin con aire de show de entrega de premios, en el que proclamó el advenimiento de la nueva ley de economía sostenible. Una reforma que aprobará el Ejecutivo el viernes y que, según Zapatero va a convertirse en la solución definitiva a todos los males que afectan a España, desde las insuficiencias del sistema educativo al paro, pasando por el cambio climático o el estallido de la burbuja inmobiliaria.

Quizá para no deslucir la fiesta a la americana, Zapatero, arropado por su Gobierno y el PSOE prácticamente en pleno, se quedó en el enunciado de los grandes objetivos que persigue esta propuesta: impulsar una economía basada en el conocimiento, la tecnología, la innovación y la educación, fomentar energías renovables, agilizar la administración y poner coto al caos urbanístico. Pero no concretó con qué instrumentos va a contar para hacerla realidad. Unicamente en el ámbito del mercado financiero apuntó que va a aprovechar la presidencia española de la UE para tratar de aplicar "reglas estrictas" a estos mercados, en especial para regular los incentivos y las indemnizaciones de algunos directivos.

PROYECTO DE FUTURO Pocos detalles más ofreció el presidente. Al parecer, ayer tocaba hacer grandes proclamas. Zapatero se basó en su afirmación de que "lo peor de la crisis ha pasado" para dar por superada esta etapa y sostener que la nueva ley es la prueba de que el Gobierno tiene un proyecto de futuro de gran trascendencia para España. Tanta, que llegó a compararlo con el despliegue del Estado del bienestar en los años 80. La presencia ayer del expresidente del Gobierno Felipe González trató de simbolizar este mensaje.

Frente a ello, el dirigente del PSOE dibujó al líder del PP, Mariano Rajoy, como un político sin ideas que se ha limitado a exagerar "irresponsablemente" su tarea de oposición en las últimas semanas. Fue la única referencia implícita del dirigente del PSOE a la crisis del Alakrana y a la ofensiva del PP pidiendo explicaciones al respecto.

A renglón seguido, Zapatero le pidió a Rajoy, como al resto de fuerzas políticas y sociales y a las comunidades autónomas, que se una al nuevo mantra socialista, la ley de economía sostenible. Invitó también a los ayuntamientos y al conjunto de la sociedad porque los cambios "van a exigir un gran esfuerzo a todos".

Y ahí acabó la única intervención política de un mítin que dará más que hablar por las formas que por su contenido. Tres presentadores con tono de animador de hotel playero y apariencia de no tener grandes conocimientos de política confundieron a los ministros y dirigentes socialistas con estrellas de cine a las que formulaban preguntas mientras iban entrando en la sala. Los presentadores calificaban constantemente de "impresionantes" los comentarios de los entrevistados.

Algunos, como las ministras de Sanidad y Defensa, saludaban efusivamente. Otros, como el expresidente González, no salían de su asombro por tener que acceder a la sala al ritmo de la canción I never can say goodbye , interpretada en directo por una orquesta que ofreció clásicos de la música de baile como Love is in the air , cuando entraron en escena los ministros, o Gimme some lovin , justo cuando hicieron su entrada triunfal Zapatero y su esposa, Sonsoles Espinosa. El PP comparó el acto de ayer con un festival en Eurodisney.