A la vista de los acontecimientos de las últimas semanas, ya sabemos que los presupuestos extremeños no van a poder ser firmados ‘al alimón’ con el PP y con Podemos como pretende el Gobierno de Guillermo Fernández Vara. O con unos o con otros. Plantear unas mismas cuentas con un partido de centro derecha y otro de izquierda sería idílico y le otorgaría al gobierno actual, no olvidemos que en minoría, una centralidad muy oportuna cara a las urnas. Pero los interlocutores de una y otra parte nunca lo van a permitir por las declaraciones que se vienen haciendo tras las mesas de negociación que se han desarrollado. Y es que mezclar azúcar y sal puede hacerse, pero el sabor resulta imposible. Se trata de dos formas radicalmente opuestas de entender la economía y la política fiscal.

No hay que olvidar que el PSOE ha sido incapaz de entenderse con Podemos hasta ahora. Al principio de la legislatura parecía haberle otorgado el papel de interlocutor preferente, pero con el paso de los meses todo se torció. Vara ha pactado los dos presupuestos anteriores con el PP, dejando a los morados en la cuneta. Sin embargo, esta vez Podemos parece estar por la labor, lo que induce a pensar que serán los populares quienes tengan que bajar del autobús. Lo que sí está claro es que con dos acompañantes como se pedía resulta una misión imposible. Ni este año y ni el que viene que encima es preelectoral.