Esperanza Aguirre revalidó, e incluso aumentó de manera significativa, su liderazgo en la Comunidad de Madrid. Con un discurso de marcado tinte conservador, la candidata del PP gobernará por segunda vez consecutiva la autonomía con más habitantes (5,96 millones de personas) y mayor presupuesto (15.981 millones de euros) de España, después de Andalucía y Cataluña.

Aguirre enterró definitivamente el susto de mayo del 2003, cuando el PSOE e IU consiguieron en las elecciones un diputado autonómico más, lo que les iba a permitir gobernar. Sin embargo, dos tránsfugas socialistas, Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, cambiaron el sentido del voto. El escándalo desembocó, cinco meses después, en unas nuevas elecciones. El PP logró 57 escaños, tres más de los que sumaban el PSOE e IU, y pudo gobernar. Ayer, los populares aumentaron aún más su ventaja y alejaron cualquier posibilidad de que la izquierda uniera fuerzas.