Militantes de las Juventudes Socialistas desplegaron sobre la fachada del ayuntamiento de Arrasate unas pancartas con la efigie de Isaías Carrasco. No suele ser habitual este tipo de homenajes en una población tan radical como la citada. Pero es que el último crimen de la banda terrorista ETA ha tenido respuestas poco comunes: las concentraciones ante las casas consistoriales, los miles de asistentes al funeral de Isaías Carrasco, las serenas palabras de Sandra Carrasco, hija de la víctima...

Hay menos miedo en el País Vasco, y más rabia y más ansias de libertad. Este es otro aspecto en el que las cosas han mejorado esta legislatura. ETA, por fin, pierde pie en la sociedad vasca.