En Mérida y Badajoz, el personal se pregunta dónde anda Martín Tamayo. ¿Guarda reposo por una extraña afonía? ¿Su vasto trabajo en la cárcel no le deja tiempo para entrar en campaña? ¿O es que algún sensato asesor ha recomendado a Floriano que es mejor que el ínclito estadista no abra el pico? Por si alguien aún lo duda, reconozco que el fichaje estrella del PP --número dos en la lista autonómica por Badajoz-- no me cae bien. Pero es más que probable que se deba a que no tengo el gusto de conocerlo personalmente y a que mis referencias sobre él se limitan a sus apariciones en prensa durante los últimos 15 años. Desde este conocimiento parcial, debo decir que lo peor de su discurso no es precisamente su tono crispado, sus salidas de madre ni sus insultos; sino esa pose falsa de ´opinador independiente a quien no calla nadie´ de que hace gala y que ni los incondicionales del PP se creen. Por cierto, hoy va de figurante, me dicen, a la presentación del libro ´Las penumbras de Ibarra´.