Los españoles prefieren elegir al presidente del Gobierno antes que al alcalde de su localidad, según muestran los datos de participación de todas las convocatorias electorales generales y municipales que se han celebrado en España desde 1977. Aunque el índice de participación para elegir a los alcaldes y a los concejales no ha parado de crecer desde 1979, año en que tuvieron lugar las primeras elecciones de este tipo tras el franquismo, nunca ha superado al de las generales, ya que incluso su porcentaje más bajo se sitúa por encima del más elevado conseguido por una convocatoria municipal.

Un 68,04 por ciento de los españoles votó en 1979 para elegir a Adolfo Suárez presidente del Gobierno, lo que constituye la participación más baja en unas elecciones generales en la historia reciente de la democracia. Por el contrario, un 67,67 por ciento de los españoles participó en las últimas elecciones municipales, las de 2003, lo que constituye la cifra más elevada registrada en unos comicios de esta clase.

En 1979, un 68,04 por ciento de los electores acudió a las urnas para elegir al presidente del Gobierno y, apenas unos meses más tarde, un 62,6 por ciento votó en las municipales. A partir de entonces, ambos comicios se celebraron en años distintos: en 1982 un 79,9 por ciento de participación culminó en la primera elección de Felipe González, pero un año más tarde se movilizaron para constituir los gobiernos locales el 67,7 de los electores.

En las generales de 1986 se registró un porcentaje de participación del 70,49 por ciento, mientras que en las municipales de 1987 las cifras se redujeron hasta el 69,48; el 69,74 de los electores fueron a los colegios electorales en 1989 para dar a Felipe González un tercer mandato presidencial, pero en 1991 por los colegios electorales apareció el 62,8 por ciento de los ciudadanos con derecho a voto.

Igual tendencia en los 90: en las generales de 1993 votó el 76,44 por ciento de los españoles y en las municipales de 1995, el 69,9; José María Aznar ganó sus primeras elecciones en 1996 con una participación del 77,38 por ciento. Los números descienden al 64,01 en las municipales tres años más tarde. Aznar vuelve a ganar en 2000 tras haber depositado su voto el 68,71 por ciento de los ciudadanos, que, como era previsible, no se movilizan tanto en las municipales de 2003, en las que participa el 67,67 por ciento. Es la cifra más alta en unos comicios de estas características, pero no alcanza el grado de movilización de las generales de un año antes ni de las y de 2004.

Esos comicios desembocaron en la primera elección de José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno, en cuyos resultados tuvo que ver la participación tan alta que se logró: un 75,66 por ciento de los ciudadanos. A la vista de estos guarismos, una conclusión a bote pronto podría ser que para los ciudadanos resulta más influyente la figura del jefe del Gobierno que la del alcalde de la localidad, a pesar que ésta última implica más cercanía en la gestión.

Quizá por ello, los previsibles dos candidatos a la presidencia del Gobierno en las elecciones de 2008, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, se han involucrado de lleno en la campaña de las municipales del próximo 27 de mayo.