El debate de ayer demostró que Rajoy está empeñado en granjearse los votos de los que consideran que los inmigrantes les están robando derechos. El líder del PP logró que la gestión de los extranjeros volviera a ser protagonista del espacio dedicado a política social.

Rajoy echó en cara a José Luis Rodríguez Zapatero su regularización "masiva" y a espaldas de la UE. "No se puede tolerar que españoles pierdan derechos porque vengan extranjeros", resumió. Sin embargo, Zapatero defendió que ha hecho política de inmigración de acuerdo con los agentes sociales. Pero Rajoy le reiteró que "no han hecho nada" ya que la inmigración requiere "orden y control".

LOS ACUERDOS Zapatero dijo también que su política ha seguido el principio de que "solo pueden venir los que puedan trabajar", por lo que han llegado a acuerdos con 10 países de donde proceden los inmigrantes. Rajoy aseguró que era mentira. "Su política de inmigración ha sido débil y no podemos mantenerla porque vamos a una situación de enormes problemas", concluyó. Que la inmigración es más solución que problema lo sintetizó así Zapatero: "La cotización de los inmigrantes permite hoy pagar un millón de pensiones de españoles".

Zapatero dio recetas para mejorar el Estado del bienestar. Prometió que en el 2010 todos las personas dependientes graves "estarán atendidas"; que fomentará planes para facilitar la igualdad entre hombres y mujeres y creará 300.000 plazas de guardería. Pero Rajoy contestó que las políticas sociales no llegaron con su Gobierno y le echó en cara que en el 2004 ya prometió crear ese número de plazas de guardería.