El presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, se convirtió ayer en el centro del debate político de esta campaña electoral. Sus declaraciones sobre la última operación de ETA en los actos electorales en los que participó en Navalmoral, Madrid y Orense, provocaron durante toda la jornada de ayer una avalancha de críticas procedentes de varios sectores, entre ellos las fuerzas de seguridad, y constituyeron uno de los ejes del discurso en las actividades de campaña del Partido Popular en todo el país.

Frente a las duras críticas recibidas desde el Partido Popular, que exige una rectificación, Ibarra sostiene que se han malinterpretado sus palabras, en las que culpaba al Gobierno central de que, por primera vez en treinta años, los ciudadanos hayan puesto en duda las operaciones policiales contra ETA --en relación a las últimas detenciones--, e incide en que nunca ha criticado a las fuerzas de seguridad, sino que sus ataques están dirigidos al propio Ejecutivo.

En el acto celebrado en Orense, el líder extremeño manifestó que el Gobierno "debería cuidar" que no haya ciudadanos "con la mosca tras la oreja" en relación a la lucha antiterrorista e incidió en que sería "el colmo " que se llegase a sospechar" de estas operaciones. Ayer, en Trujillo, insistió en ello y reclamó al Ejecutivo central que "evite" estas sospechas de la mejor forma posible, ya que asegura haber "oído muchos comentarios al respecto" .

CULPABLES Ibarra insistió en que "nadie puede culparle" por hacerse eco de esos comentarios y pidió a Mariano Rajoy y Rodrigo Rato que no le "enredaran" con este asunto, porque él ya asistía en los años 80 a entierros de guardias civiles cuando ninguno de los dos lo hacía.

"Los comandos los detiene la policía --dijo--, ya está bien que se escondan detrás de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado; yo critico al Gobierno, no hablo de la policía y la Guardia Civil", agregó.

Consideró, por ello, que el actual pacto antiterrorista está "finiquitado", ya que uno de sus puntos excluye el uso político del terrorismo y esto, añadió, no se está cumpliendo. "Es un gran error meter a ETA en medio de la campaña electoral", agregó, e insistió en que si él fuera el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, fomentaría un nuevo pacto antiterrorista ampliando las cláusulas y el número de participantes, pero consideró que el Gobierno debe dar el primer paso a la hora de cumplir lo establecido y "el resto de partidos apoyarle".

LAS REACCIONES Pero las críticas, a pesar de las interpretaciones de Ibarra, fueron especialmente duras desde el Partido Popular, tanto a nivel nacional como regional. El secretario general del PP y candidato a la presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy, calificaba en Málaga de vergüenza nacional el cuestionamiento del presidente extremeño y exigía una rectificación de esta actitud, expresando su deseo de que el PSOE recupere pronto "el sentido común y la cordura". Por su parte, el vicepresidente primero del Gobierno, Rodrigo Rato, aseguró estar "desconcertado" porque no sabía "que la defensa de Carod podía llevar al PSOE tan lejos" y tildó de "vergüenza" y de "insulto" las declaraciones de Ibarra.

El ministro del Interior, Angel Acebes, durante una entrevista en Telemadrid, tachó de "intolerable" la actitud del presidente extremeño e indicó que "sus declaraciones son absolutamente incomprensibles y ojalá pida disculpas y perdón por lo que seguramente ha sido un tremendo error y un lapsus". Asimismo, recalcó que la actitud de líder extremeño "es muy perjudicial para la lucha contra el terrorismo".

También se mostró indignado el director general de la Policía Nacional, Agustín Díaz de Mera, que aseguró que "Ibarra realiza bufonadas y dice idioteces

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