MEDIA VERDAD Zapatero se equivocó en parte, quizá por su falta de práctica en el uso del transporte público. Para acogerse a la regularización por arraigo abierta en el 2001 por el entonces ministro del Interior, Mariano Rajoy, se exigía acreditar haber llegado a España antes del 23 de enero de ese año. La instrucción ministerial que abrió el proceso no concretaba a través de qué documentación podía demostrarse este extremo y las oficinas encargadas de tramitarlo, desbordadas por la avalancha de peticiones, acabaron admitiendo, es cierto, abonos de transporte, pero no el bonobús que dijo el presidente. En este no figura ningún dato de su propietario, pero en la tarjeta de transporte, con validez para un mes, consta la foto y el número de pasaporte o DNI. En el billete asociado figura la fecha. No es tampoco un documento muy fiable, al igual que la factura de un hotel, que también citó el presidente y que, efectivamente, sirvió para acreditar la estancia junto con recetas médicas o billetes aéreos. Zapatero disponía de otros ejemplos para demostrar que la regularización de Rajoy fue un coladero. El líder conservador parece que tampoco conocía los bonobús porque preguntó: "¿Qué es eso?".