Tres días después de las elecciones, el Partido Popular Extremeño todavía tiene una papeleta que resolver: el lío de sus candidaturas al Senado. La aparición de papeletas marcadas con solo con los nombres de Antonio Guerrero, número dos por Badajoz --el senador electo ha sido Manuel Paulo Benigno Atalaya--; José Manuel García Ballestero y María Dolores Marcos, número 1 y 2 por Cáceres, respectivamente, ha provocado malestar y dudas en la cúpula popular extremeña. Mientras tanto, fuentes del PP apuntan que ya han hecho lo que tenían que hacer, que es poner el asunto en manos de la Junta Electoral Provincial en el caso de Antonio Guerrero, aunque nada aclaran de los demás.

Lo cierto es que el PP tiene varios frentes abiertos. Por un lado, García Ballestero exige que su partido investigue el caso de las papeletas repartidas en la provincia de Cáceres en las que solo aparecía marcado su nombre de cara a las elecciones generales. El aludido --que ha salido finalmente elegido senador-- exige que se aclare que él no ha tenido nada que ver en este asunto.

Urge esa aclaración tras lo sucedido en el caso de Guerrero, número 2 del PP al Senado por la provincia pacense. En este caso, esas papeletas marcadas jugaban en contra del candidato número 1, Manuel Paulo Benigno Atalaya, ya que --y los resultados lo confirman-- ese puesto es el único que se garantiza ir al Senado por las listas populares; de ahí la importancia de lograr más votos y la relevancia de que los nombres aparezcan ya tachados. Esa actuación es la que crea un problema interno para el PP.

El proceso

Hay que recordar que en estas papeletas, o bien no hay tachado ningún nombre para que el elector pueda marcar el o los senadores que quiera (hasta un máximo de tres) o aparecer, como hacen los partidos políticos en sus buzoneos, ya marcadas las cruces en los tres nombres de su candidatura.

Esta cuestión la destapó este periódico el pasado jueves y desde entonces Guerrero no ha querido dar su versión de los hechos, limitándose a esperar a que todo se aclare. Sin embargo, García Ballestero sí ha levantado la voz para denunciar lo ocurrido, porque "se me a acusado de un caso que yo no he hecho, y quien me ha acusado es quien lo ha hecho", explica. Por ello, considera urgente que su partido abra una investigación al respecto. En todo caso, reitera que él mismo puso este asunto "en conocimiento de la dirección de mi partido en Madrid antes de que todo saliera publicado".

La actuación de los populares no ha seguido la misma línea, ya que incluso reclamaron la suspensión de las elecciones en la provincia de Badajoz en caso de que las papeletas marcadas solo con el nombre de Guerrero fueran declaradas válidas. Así sucedió y la Junta Electoral Provincial ratificó la validez de las mismas, aunque sí ordenó la paralización del buzoneo.

La tercera en discordia, María Dolores Marcos --en el mismo caso que Guerrero y cuyo nombre marcado es lo que ha molestado a Ballestero-- prefiere olvidar todo este asunto porque "las urnas ya han hablado y para mí todo está pasado", argumenta.