Veinte puntos porcentuales, nada menos, concede el sondeo posdebate encargado por este diario. Y los demás dicen prácticamente lo mismo. Lo cual plantea un interrogante de interés: ¿cómo puede ser que PSOE y PP estén en un empate técnico , según las encuestas, cuando estos mismos instrumentos demoscópicos siempre dan como vencedor a José Luis Rodríguez Zapatero en cualquiera de sus enfrentamientos con Mariano Rajoy? Mientras profundizamos en tan significativo dilema, la campaña siguió arrastrándose hacia su meta. IU, nacionalistas y minoritarios patalearon a la vista de que casi nadie les hacía caso. Ni por esas.

El presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que es socialista pero ha heredado de Ibarra la capacidad de establecer un criterio propio, lo ha explicado muy bien: "En el debate no hubo ganador porque cada cual hizo su papel". Elemental: los dos siguieron el respectivo guión y su encorsetada discusión no reveló nada nuevo. Quién más se estiró, más perdió. El presidente del PP inició el epílogo de su intervención proclamando: "Yo estoy dispuesto, el plan está preparado y las herramientas, a punto". A él le parecería brillante, pero muchos ciudadanos se quedaron acojonaditos al oírle.

En todo caso, las audiencias del duelo fueron monstruosas: 13 millones de espectadores en los diversos canales que retransmitieron el debate. Algunos millones más lo escucharon por la radio o lo siguieron por internet. Y hoy llegamos los diarios, una vez más, a rematar la faena.

Estamos hoy ante la enésima (y reiterada) pugna de esta reñida legislatura: ¿quién ganó el encuentro? Digan lo que digan los conservadores, tal interrogante ya ha tenido su respuesta. Lo ganó Zapatero. Sí, aunque se desconcertara o malexplicara sus razones o se refugiase en sus certeras pero manidas referencias al pasado. Venció porque así lo decidió la audiencia. Y ya sería raro que sucesivas encuestas exprés y otros sondeos posteriores (encargados por medios de muy diversas líneas editoriales) se equivocasen al coincidir en el resultado. El instituto GESOP, trabajando por encargo de los diarios del Grupo Zeta, ha situado el tanteo en un 49,6% de ciudadanos que dan por ganador a Zapatero, frente a un 29,7% que otorgan la victoria a Rajoy. Tanta diferencia (no muy distinta a la reseñada por otros trabajos de campo de idéntica naturaleza) llega a parecer inexplicable.

Aunque no tanto. Dejando a un lado los votantes nacionalistas o izquierdistas que no apoyan al PSOE en las urnas pero rechazan al PP, la constante ventaja de Zapatero en los debates públicos y en las encuestas empieza a ser demasiado significativa. Nadie se atreve a pronosticar nada, pero los veteranos olemos a voto oculto; un voto oculto, eso sí, cuya naturaleza no somos capaces de determinar aunque nos arriesgaríamos a admitir que pertenece al PSOE.

Rematar la faena

Zapatero, a pesar de todas sus limitaciones (y en el debate casi todas ellas se pusieron de manifiesto), es el líder más popular, el que más confianza y credibilidad ofrece, al que la mayoría ve como presidente... Ya se puede esmerar Rajoy, que el resultado sigue siendo el mismo. El lunes, el líder socialista logró vencer limitándose a resistir. El lunes próximo, si puede y sabe hacerlo, solo tendrá que empujar un poco para rematar la faena.

Claro que las encuestas no suelen ser lo mismo que el verdadero recuento final. Lo que pasa es que tenemos por delante una semana larga y apabullante, que se nos ha de hacer eterna. Hemos comprobado el impacto de los debates. ¿Cómo nos entretenemos hasta que llegue el siguiente? Algunos hacen augurios de naturaleza casi mágica. Por ejemplo, que ganará quien llene la plaza de toros de Valencia o quien consiga dos de los tres diputados que están en juego en Teruel... o tal vez acabe venciendo el PSOE porque Zapatero tiene éxito en los combates cuerpo a cuerpo con Rajoy o porque Javier Bardem (un rojo, que encima triunfa y vive de putísima madre) se ganó el Oscar. A saber.

Lo ha dicho ERC: "Solo gobernaremos (en coalición) con quien haga público el balance fiscal de Cataluña". Y Llamazares proclama que hay otras hipótesis y otras posibilidades electorales.