La estrategia interna del PP en esta campaña electoral quedó ayer al descubierto gracias a las confidencias de su secretario de comunicación y uno de los principales asesores de Mariano Rajoy en el partido, Gabriel Elorriaga, al diario Financial Times . En una entrevista, Elorriaga reconoció que el objetivo de su partido cara al 9-M es desmovilizar al electorado de izquierda para impedir que se repita la victoria socialista de hace cuatro años. La manera de lograrlo, dijo, consiste en recurrir a aquellos temas en los que los votantes del PSOE puedan estar más divididos.

"Nuestra estrategia se centra en sembrar dudas en los votantes socialistas. Sabemos que nunca nos van a votar, pero si logramos crear suficientes dudas sobre la economía, la inmigración y los nacionalismos, quizás se queden en casa", admitió Elorriaga. Con esta explicación se destapó la intención de los populares: forzar una abstención lo suficientemente alta que permita, manteniendo el PP su suelo electoral, que los socialistas no alcancen los resultados del 2004.

El mismo Elorriaga aseguró que al PP le resultará "complicado" aumentar su porcentaje de votos, hecho que atribuyó a la imagen "muy de derechas" que tiene el partido. Una imagen generada por la cúpula que, apostilló, dista de las posiciones de sus potenciales simpatizantes. "Nuestros propios votantes se consideran más de centro que el PP", aseveró Elorriaga.

El dirigente popular afirmó que el PSOE tiene un margen muy amplio de crecimiento, pero unos votantes "menos disciplinados". Este filón es el que pretende explotar el PP.

LA IZQUIERDA DESCONTENTA En este contexto se deben incluir los llamamientos de Rajoy, a los votantes del PSOE, tradicionales o puntuales, que se sientan "decepcionados", "descontentos" o, incluso, "traicionados" por José Luis Rodríguez Zapatero. "Se trata de decirles a esos votantes que su Gobierno no ha aportado soluciones a sus problemas", explicó Elorriaga. A estos socialistas, los "decentes" según Rajoy, y que en muchos casos encajan con el perfil obrero de la izquierda, es a quien más ha apelado el líder del PP en sus mítines.