Baleares, junto con Navarra, aparece en la mayoría de estudios demoscópicos como uno de los territorios donde la derecha puede perder la hegemonía. La incertidumbre sobre los resultados ha propiciado una campaña intensa y dura. La contraposición de programas se entrecruza con el despliegue de denuncias y operaciones anticorrupción. Se vislumbran tres posibles escenarios: mayoría absoluta del PP o pacto, que podría ser conservador o progresista. En caso de ser necesario, inclinaría la balanza Unió Mallorquina (UM), un partido nacionalista y liberal, con tres diputados, que ha pactado con todos y que ahora mantiene un acuerdo de gobernabilidad con el PP.

El presidente del Gobierno balear y candidato popular, Jaume Matas sale dispuesto a revalidar la mayoría absoluta y vencer a los sondeos, como en el 2003. Envuelto en la vitola de exministro de Medio Ambiente, desalojó entonces del poder al Pacte de Progrés, único Ejecutivo de izquierdas desde la transición, liderado por el socialista Francesc Antich, que repite como candidato con el efecto Zapatero como máximo aval.

La batalla de los consejos no es menos baladí. Por su posición bisagra, el de Mallorca lo preside desde 1995 Unió Mallorquina, cesión cada vez más contestada. La izquierda alternativa, nacionalista y ecologista --Partit Socialista de Mallorca y Esquerra Unida-Els Verds-- ha sumado a la extraparlamentaria ERC y se presenta como Bloc, nueva marca unitaria que ha costado escisiones y abandonos. En Ibiza, esta amalgama se llama Eivissa pel Canvi y concurre con el PSOE, para facilitar el cambio político. El PP eligió para el inicio de campaña su peor plaza, Menorca, donde podría renovarse el acuerdo progresista. En Formentera, que ha tenido gobiernos de todo color en la legislatura, populares y socialistas se han aliado con otros partidos por el escaño más preciado.

Plan contra las críticas

Con Cumplido y Funciona como lemas, el PP trata de compensar el desgaste de la corrupción y las críticas a la insostenibilidad del modelo, sobre todo en las contestadas autopistas de Ibiza. Ante la deuda, Matas alega la necesidad de dar un impulso a las infraestructuras y promete más: un teatro de la ópera de Calatrava sobre el muelle viejo de Palma, con un coste de 100 millones, cuya presentación suspendió la Junta Electoral. El anuncio causó revuelo, pero menos que el fichaje de la escritora Maria de la Pau Janer.

A los casos Bitel (espionaje) y Formentera (delito electoral), aún abiertos, el PP ha sumado en esta legislatura el Rasputín , la visita a un club de alterne de Moscú pagada con fondos públicos; varios casos urbanísticos con alcaldes y altos cargos imputados, entre los que destaca Andratx; y lo último, la compra del palacete de Matas, por el que pagará 950.000 euros según la nota registral, una quinta parte de su valor de mercado según una tasación encargada por el PSOE.

Al otro lado, la fiscalía investiga presuntos sobornos al PSOE de Ibiza con la participación del secretario de Organización del partido, José Blanco, quien ha respondido con una querella por difamación al denunciante, el exsecretario general de los socialistas ibicencos, Roque López, apoyado por el patriarca popular Abel Matutes.