Una marea de 400 periodistas, decenas de cámaras, focos y monitores, un imponente despliegue de seguridad policial y hasta dos concentraciones --una de simpatizantes del PP y otra de UPD protestando contra el bipartidismo-- esperaban la llegada de Zapatero y Rajoy.

Ambos llegaron al recinto del Ifema puntuales y sonrientes, y así posaron. Las corbatas tuvieron su protagonismo. Mientras a Rajoy se le enganchaba al bajarse del coche en el pantalón, Zapatero descendía del vehículo con ella torcida. Los dos, con traje oscuro, también entraron en el plató y se dieron la mano, mientras el moderador, Campo Vidal, permanecía en medio.