Lo de Madrid fue una debacle, pero no es el único agujero que se le ha abierto al PSOE tras el 27-M. Apenas siete horas después de disponer de los resultados completos de las municipales y autonómicas, la ejecutiva de los socialistas asumió que el problema sobrepasa el fiasco de Miguel Sebastián en la capital. Un análisis más pormenorizado de los datos descubre un importante varapalo en Valencia, caídas notables en Murcia y Castilla-La Mancha y serias dificultades para movilizar a los simpatizantes en buena parte de España, de forma especial en Cataluña.

Pero ayer no era el día de reconocer errores, al menos en público. Por eso, José Blanco compareció ante los medios tras la reunión de la ejecutiva para insistir en el incremento de poder municipal que tendrá el PSOE una vez se constituyan los ayuntamientos. "La política del PSOE y del Gobierno no estaba sometida al criterio de los ciudadanos en estas elecciones", zanjó el número dos del PSOE.

No es hora de desvelar un cambio de estrategia general ni de abrir una crisis orgánica en directo. Pero lo ocurrido en Madrid tampoco resiste mirar hacia otro lado. La complicada federación socialista madrileña se reúne hoy mismo.

José Blanco desmintió asimismo que Pablo Sebastián o Rafael Simancas hubieran presentado su dimisión, pero otras fuentes del partido aseguran que el exdirector de la oficina económica de la Moncloa podría anunciar hoy su retirada. Simancas optaría por quedarse como secretario general del PSM y renunciaría a ejercer la portavocía del grupo socialista en la Asamblea de Madrid. No habrá un cambio de caras, insisten en Ferraz, hasta el próximo congreso del partido, en otoño del 2008.

Más pronto, el próximo sábado 9 de junio, se reunirá el comité federal del PSOE para santificar los pactos con otras fuerzas políticas. Los acuerdos en Baleares, Canarias y Navarra --donde el PSOE tiene opciones de gobernar-- son los más complicados. Los ayuntamientos se resolverán con los partidos que ya apoyan al PSOE: ERC e ICV en Cataluña; el Bloque Nacionalista Galego en Galicia; el PNV en Euskadi; el Partido Regionalista de Angel Revilla en Cantabria y los regionalistas en Aragón.

Solo hay dos partidos con los que Blanco descartó ayer rotundamente llegar a acuerdos: el PP y ANV. A la formación que preside Mariano Rajoy --y su versión navarra (UPN)-- el PSOE no le perdona la estrategia de crispación en la cuestión antiterrorista. Con los aberzales radicales que han superado la ley de partidos "la distancia ideológica es insalvable", resolvió Blanco.

ANALISIS El presidente no pareció alarmado, dijeron los presentes. Aunque tampoco demostró haber hecho un análisis detallado de los resultados. Entretanto, varios miembros del Gabinete lamentan su falta de visibilidad, que achacan al protagonismo de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega. Esos ministros reclaman un cambio de rumbo del Ejecutivo que permita vender los avances sociales que impulsa el Gobierno y que dé solidez a quienes los ejecutan.