El presidente del PP, Mariano Rajoy, se ha volcado en esta primera parte de la campaña en las críticas a su adversario por su "irresponsabilidad" e "incapacidad" para gobernar y a medida que han pasado los días, sobre todo tras el cara a cara, se ha ido mostrando más cómodo y más seguro de su victoria. Unas críticas de Rajoy a José Luis Rodríguez Zapatero centradas en la política económica, exterior y educativa, en materia territorial, en la lucha contra el terrorismo y en la inmigración.

Y de momento, ninguna propuesta nueva. El candidato del PP a la Presidencia del Gobierno recuerda cada día y en cada mitin las promesas ya anunciadas, como la de llevar a cabo la "mayor rebaja fiscal" de la democracia e insiste en otras como suprimir Educación para la Ciudadanía en cuanto gane las elecciones. Sólo el segundo día de campaña propuso reconocer por ley el derecho de los padres y las madres trabajadoras a tener garantizada una plaza de guardería para sus hijos menores de tres años.

El PP está satisfecho por el desarrollo de la primera parte de la campaña en la que creen que Rajoy ha llevado la iniciativa con propuestas que han calado entre los ciudadanos, principalmente las referidas a inmigración, economía, seguridad e impuestos. "Rajoy está seguro", resume el Partido Popular, cuyas fuentes agregan que el PSOE no ha realizado "ninguna propuesta constructiva" y su "único guión ha sido la tensión y el dramatismo, como lo demostró ayer sacando a pasear" a Felipe González.

"Los ciudadanos ven a Rajoy como una garantía y a Zapatero como un riesgo para los españoles", añaden las fuentes. En opinión del líder del PP, a Zapatero "se le ha subido la Moncloa a la cabeza y se ha olvidado de las personas", por lo que pide el voto para el día 9 a socialistas y liberales porque en su proyecto político "caben todos". Reitera cada día su promesa de defender la Constitución y de gobernar para todos los españoles y reprocha una y otra vez al Gobierno haber vivido de la herencia y de la inercia en materia económica, por lo que avisa de que si el PSOE gana volverán "los tiempos del paro y del despilfarro".

Concede la máxima importancia a la inmigración, un asunto en el que promete ser "implacable". También actuará así en la lucha contra la violencia machista, después de conocerse que cuatro mujeres fueron asesinadas en un mismo día por sus parejas o ex parejas. Y nada más llegar a la Comunidad Valenciana y Murcia tuvo que hablar de un tema espinoso para el PP, el agua, debido a las desavenencias que existen entre los partidos en ambas comunidades. Habló para todos y prometió que "habrá agua para todos". "Haremos las obras del Pacto del Agua en Aragón, cumpliremos con Aragón, garantizaremos el caudal ecológico del Delta, cumpliremos con todos los que viven allí, pero el agua que sobre -la que se va al mar- irá a Barcelona, Castellón, Valencia, Alicante, Murcia y Almería", dijo.

Todo ello para evitar una "España de color amarillo, el desierto de Zapatero" y conseguir una España "verde". La lucha contra ETA también ha estado presente en ese discurso uniforme que cada día ha hecho Rajoy para asegurar que él no negociará nunca de política como cree que ha hecho el Gobierno. El punto de inflexión de la campaña lo vivió el pasado día 25 en el cara a cara con el presidente del Gobierno, ya que su partido y él mismo se han mostrado convencidos de que tuvo una "victoria rotunda".

El resultado del debate parece que dio fuerzas al presidente del PP, quien desde entonces se ha mostrado cada día más seguro de su victoria el próximo 9 de marzo. Hasta bota en los actos electorales cuando su público se lo pide. "Me siento más cerca de ganar las elecciones", ha dicho esta semana tras su debate con Zapatero, a lo que ha añadido: "Ahora estoy preparado para ser presidente del Gobierno". Así, Rajoy se coloca el maillot y afirma: "Soy ciclista, veo la meta, ahí está el sprint y tengo el mejor equipo que me va a preparar ese sprint, que sois vosotros".