Mariano Rajoy acusó ayer al PSOE de haber perdido la "cordura" en la lucha contra el terrorismo y calificó de "vergüenza nacional" las sospechas vertidas horas antes por el presidente de Extremadura, el socialista Juan Carlos Rodríguez Ibarra, sobre la detención el pasado domingo de los dos etarras que iban a atentar en Madrid.

En un mitin en Málaga ante 7.000 fervientes seguidores, Rajoy arremetió también contra Felipe González, que el domingo, en un mitin en Sevilla, acusó al Gobierno de haber conocido con antelación la reunión de Josep Lluís Carod-Rovira con ETA y no haber detenido a la cúpula de la banda "para hacer estallar la información" y desgastar al PSOE.

CONTUNDENCIA "Ahora hay algunos que, porque no les conviene, dicen que no van a hablar de eso (del terrorismo) en la campaña. Yo digo que Mariano Rajoy sí", afirmó el líder popular en su intervención más vehemente desde el inicio de la campaña, hace cinco días.

Rajoy proclamó que hablará sobre ese problema a lo largo de la campaña electoral porque es el problema "más importante" de España. Respondió así a José Luis Rodríguez Zapatero y a otros dirigentes políticos que reclaman al PP sacar el terrorismo de la contienda electoral.

El líder popular se refirió con ira contenida a las declaraciones de González y de Rodríguez Ibarra. "Al final, la Guardia Civil va a tener que pedir perdón por evitar una masacre", dijo Rajoy.

Citó también otras declaraciones de Ibarra, en las que el presidente extremeño ironizó que "si el tonto de Carod consiguió una tregua de ETA para Cataluña, por qué el listo de (Angel) Acebes no ha podido conseguir una para toda España". "Es una de las cosas más lamentables que he escuchado desde que tengo uso de la razón", manifestó Rajoy.

El líder popular prosiguió sus ataques a Josep Lluís Carod-Rovira. "A mí no me va a abrir la puerta del Gobierno de España el señor Carod, como a otros. A mí no", dijo. Durante el mitin, un joven de unos 15 años situado entre el público exhibió una bandera republicana y fue desalojado sin ofrecer resistencia.

En su discurso, el candidato reiteró su mensaje económico triunfal de que el PP ha llevado a España a la mayor cota de prosperidad de su historia. "Obras son amores, lo demás son mandangas", sentenció finalmente Mariano Rajoy.