Los socialistas también ganaron en Euskadi, donde desplazaron al PNV a la segunda posición. Este dato no se producía desde 1993, aunque ahora el porcentaje de voto a favor de los socialistas es notablemente mayor que hace 15 años y abre unas expectativas nuevas para el PSE, permitiéndole vislumbrar un cambio. A su manera, los vascos dieron un respaldo a la política de José Luis Rodríguez Zapatero en el proceso de paz mientras la izquierda aberzale consiguió retener en casa a un sector del electorado próximo al 12% --en comparación con el 2004-- que confirmaría que aguanta la presión aunque con una progresiva pero lenta deserción de seguidores.

Los vascos acudieron ayer a las urnas con la imagen de Sandra Carrasco Moreno en la retina. El coraje de la hija de militante socialista asesinado pidiendo el voto para expresar el rechazo a ETA era una última referencia que tuvo especial fuerza en Guipúzcoa --en Arrasate el PSE pasó del 26% de sufragios al 40%--, donde los socialistas mejoraron los ya buenos resultados de las pasadas elecciones municipales sacando más de 10 puntos de diferencia al PNV.

Además, el PSE consiguió situarse también a la cabeza en Alava, desplazando al PP de la primera posición que abrigaba mantener. Pero lo que es aún más relevante, por inesperado hasta para el propio PSE, es la posición de cabeza obtenida también en Vizcaya, donde el PNV era hegemónico.

La tendencia del PNV a la baja, apuntada ya en las municipales del año pasado, se ratificó ayer con una inusitada claridad. Los temores que desde hace unos días dejaba entrever la cúpula peneuvista se vieron confirmados y no solo por la pérdida de un diputado --pasan de 7 a 6--, sino por verse claramente relegados a la segunda posición en el mapa de una comunidad donde hasta ahora han ejercido de mayoría minoritaria.

Es la primera vez que los socialistas le sacan tanta ventaja porcentual al PNV, que queda en Alava como tercera fuerza y en segundo lugar en Vizcaya y Guipúzcoa, donde le separan más de 12 puntos. Estos datos serían los peores en la historia del PNV durante la democracia.

El retroceso nacionalista se hace igualmente visible para Eusko Alkartasuna (EA), que pierde su único escaño correspondiente al que venía manteniendo en este territorio. El propio presidente del partido, Unai Ziarreta, reconoció los "malos resultados" y atribuyó a la abstención el perjuicio a su partido.

RESISTENCIA Los dos ejemplos de resistencia se situaron en los extremos. Mientras el PP vasco logró rentabilizar el bipartidismo camuflando con sus cuatro escaños una tendencia a la baja, la izquierda aberzale mantuvo su expectativa de apuntarse un tanto por la abstención activa.

La consigna que ETA reclamó tuvo un mayor eco en Guipúzcoa, donde llegó a superar el 12%. En correspondencia con la menor presencia en Alava, también en este territorio la abstención fue menor. La lectura realizada por la portavoz de ANV, Arantza Urkaregi, fue confirmar la inutilidad de la persecución a la izquierda aberzale.