Es difícil esto de aparcar la vida personal de los otros cuando eso puede significar que se araña un voto al que ha sido pillado. O no pillado, da lo mismo, la cosa es que lo parezca. Y al candidato del PSOE por Madrid, Miguel Sebastián, le ha reventado en las manos su idea de que había pillado al alcalde Alberto Ruiz-Gallardón con las manos en la masa.

Lo cierto es que Sebastián intentó que la cosa pareciera que iba de posibles compadreos dinerarios, pero todo el mundo entendió enseguida que se trataba de propagar rumores sobre la vida privada del alcalde. Y a Gallardón le han salido apoyos hasta de debajo de las piedras. Pero la bomba se le ha quedado conectada debajo de la mesa de su despacho. El Opus Dei y otras santas organizaciones, como los Legionarios de Cristo, en los que milita Angel Acebes, están deseando ajustarle cuentas al primo de la mujer de Sarkozy (ambos son nietos del compositor Rafael Albéniz), porque les parece que no es lo bastante combativo contra terribles enfermedades sociales como la homosexualidad, o que comprende demasiado sensibilidades como la catalana.

Al alcalde le ha salido bien a corto plazo y veremos si a largo. Es un hombre que representa la derecha civilizada, al menos en lo tocante a las formas. Culto de veras, cosa que no le sucede a su enemiga Esperanza Aguirre, que, aunque se llame Gil de Biedma, no da pie con bola en lo de las letras y las llamadas artes escénicas.

En otros lados, se fomenta la invasión de lo íntimo para rascar bola. Los de Batasuna intentan que nos apenen las dos operaciones quirúrgicas del asesino Iñaki de Juana Chaos como consecuencia de su no finalizada huelga de hambre. Y no se recatan en contar que le han salido unas horribles hemorroides. ¡Pobre asesino, librarse de la cárcel para acabar cayendo en las almorranas provocadas por el Estado español! Pero tienen que reconocer que son menos definitivas que los GAL. Yo, como soy muy xenófobo, apoyo a Gallardón y no me hace sufrir nada lo del pistolero.