El pueblo se alza al grito de democracia contra las altas esferas del poder romano. La hambruna azota las calles de Roma y los plebeyos toman la ciudad para exigir la repartición del trigo de los silos. El noble Menenio Agripa, en un último alegato, intenta calmarlos con un viejo cuento, y en ese instante entra en escena el gran militar Cayo Marcio, insolente y orgulloso, grita con rotundo desprecio: "Vosotros, ¿qué tramáis rebeldes, vosotros que llegaríais a sacaros escamas al arrancar la sarna infecta de vuestra opinión? Así comienza la tragedia de Coriolano , en el Festival Internacional de Teatro de Mérida, octavo espectáculo de la 60 edición.

En este caso, el texto épico del escritor William Shakespeare volvió a escucharse ayer en el marco del certamen clásico desde su primera y única aparición en 1986 cuando Eusebio Lázaro y Julieta Serrano dieron vida a los personajes. La puesta en escena de la compañía extremeña Arán Dramática, dirigida por Eugenio Amaya y versionada por Fermín Cabal, cuenta la carrera de un joven patricio donde venganza, ira y locura se entremezclan para imponerse a la razón, convirtiendo a Coriolano en un máquina de guerra manipulada por los intereses de su madre y la sumisión de su esposa.

En lo referente al uso del vestuario, se sitúa al espectador en la Antigua Roma, con sus habituales togas y hombres con faldas. Los soldados que van al frente de batalla visten el uniforme clásico romano mientras que las damas de las altas esferas lucen trajes marcados por la elegancia.

Del elenco de actores destacó la interpretación de Elías González, que asume sin complejos su rol de protagonista y transmite al público un sinfín de sentimientos que van de la compasión al odio más profundo. A su vez, María Luisa Borruel brilla en su papel de Volumnia, aportando todo su carisma y carácter a la ambición sin límites del personaje que fuerza a su hijo a ser candidato para cónsul en una campaña que se niega hacer frente a los tribunos del pueblo, y que odiaba desde que tenía uso de razón. Mención especial a Antonio Gil Martínez, que ha conseguido convertir en actores a una treintena de miembros de la Asociación Cultural Emérita Antiqua de Mérida, que forman el coro de ciudadanos y soldados.

HISTORIA Durante las dos horas de función, el espectador es se transporta a los albores del nacimiento de la antigua república de Roma para conocer la lucha de clases entre plebeyos y patricios, el conflicto del héroe con su propia naturaleza intransigente, la fragilidad del Estado romano y la facilidad de las personas al cambio de opinión. La masa humana es una veleta que siempre gira hacia el viento que sopla más fuerte. No guarda los triunfos y conquistas en la memoria, sino que tiende a olvidar rápidamente lo extraordinario.

En definitiva, la cualidad máxima de esta tragedia es su contemporaneidad con el momento de incertidumbre que vive la sociedad, su manera convincente de contar las consecuencias políticas de una decisión que afectará a todos los ciudadanos inmediatamente. Una obra actual, que trata temas profundamente complejos en lo que se refiere a sentimientos humanos y a los asuntos políticos y morales que trata.