El cómico barcelonés salta durante el fin de semana de la televisión al teatro y presenta (hoy en el teatro Alkázar de Plasencia) 'PK 2.0... que Dios nos pille confesados'

Con un cómico uno sabe enseguida si va en serio o va de cómico. El problema es cuando el periodista va de serio y no de cómico. ¿Qué sucede? Después de un ligero desconcierto, el cómico Dani Mateos deja inmediatamente de disparatar y baja a tierra. Lo que no quiere decir que abandone el tono cómico, pero ya se preocupa de dar una respuesta, digamos con cierta coherencia, aunque haga apostillas risibles. Con otros, véase a Pablo Carbonell, resulta imposible.

Dani Mateo (Barcelona, 1979) viene a Extremadura, naturalmente, a hacer reír. Después de trabajar durante la semana en el programa de humor El intermedio entra en el teatro Alkázar de Plasencia (hoy, 20.30) para repasar, uno por uno, los siete pecados capitales en PK 2.0... que Dios nos pille confesados?

Mejor trato

¿A qué se debe prolongar el trabajo el fin de semana? Respuesta del cómico Mateo: "A que no me dejan venir en mitad de semana. Pero te tratan mejor: te dan de comer, ves a la gente, acabas más borracho... Pero me da vergüenza decir que trabajo. Me coge un minero por medio...".

Siguiente pregunta: ¿Un espectáculo así solo podría hacerse en un país católico? "Se podría hacer en uno que no fuera católico; pero allí tienen menos sentido del humor. En un país católico tienes libertad hasta para criticar el catolicismo. En otras religiones, como la islámica no me dejarían hacer lo que hago". Bien, ¿pero qué pasa cuando al cantante Javier Krahe le llevan a juicio por una broma sobre cómo cocinar un Cristo crucificado? Dani Mateo se pone serio. "Ni los católicos entienden la postura de gentes con cargos dentro de la iglesia. Así que hay que denunciar estas gilipolleces, porque lo que ha ocurrido con Krahe parece de otro tiempo".

--¿Y ante un juicio así, no le hace reconsiderar sus burlas?

--A mí no. Al revés, me estimula. Veo que el humor es más necesario que nunca. Si Cristo hubiera visto esa broma se habría reído. ¿No dijo 'Amaos los unos a los otros? Eso incluye a Krahe o a los homosexuales.

--¿No pone límites a su humor?

--Tengo mis límites. Por ejemplo, no haría burla de un niño paralítico. Pero de curas que llevan a la gente a juicio sí me río.

--¿Y no le han afeado sus bromas?

--Una mujer en Barcelona pidió la hoja de reclamaciones porque yo criticaba el catolicismo. Yo le dije: 'póngalo todo, que también me he metido con el budismo y el islamismo'. Y ella dijo 'todo no me cabe'.

Mateo es alguien que dice rodearse de gente talentosa. "Todo se pega: el talento y la mediocridad. Así que es mejor estar cerca del talento. Y menos guapura, lo he aprendido todo. Estoy predispuesto a aprender, a no estar pendiente de ser mejor, de no competir". Es consciente de que en el humor "uno está siempre de paso. Nunca estás seguro de lo que tienes. Estás mientras estás. Cuando al público ya no le apetezca verte tendrás que irte a casa y reinventarte. Cada vez que sales a un escenario es como la primera vez".

Después de trabajar en Cataluña y pasar por la Paramount Comedy, alcanzó popularidad con Sé lo que hicisteis , uno de los programas de humor más exitosos de la televisión española. Su desaparición llevó a Dani Mateo a otros espacios: el fallido Periodistas fútbol club y, finalmente, El intermedio , de El gran Wyoming. Y ahí sigue. "Es un reto acojonante, porque era un programa del que yo era fan. Así que ha supuesto una satisfacción personal, porque no lo he estropeado".