El escritor Jesús Sánchez Adalid (Don Benito, 1962) presentó ayer en Mérida Alcazaba (Ediciones Martínez Roca), que obtuvo el pasado febrero el premio de novela histórica Alfonso X El Sabio.

El novelista ahonda de nuevo en el pasado extremeño, al que ha dedicado páginas de obras como El alma de la ciudad (que ganó el premio Fernando Lara en el 2007) o El caballero de Alcántara .

La elección de la capital autonómica para presentar el libro no es casual, ya que la historia tiene como telón de fondo las revueltas que vivió la ciudad contra el emir de Córdoba en el siglo IX y que pagó muy caras.

--¿Por qué ha elegido Mérida y su alcazaba para escribir esta novela?

--Porque la historia de Mérida después de la época romana es casi desconocida. Todos conocemos Emerita Augusta, el teatro, el museo..., sin embargo a la alcazaba no viene casi nadie; aunque es el edificio militar de época musulmana más importante de España. Por otra parte, muy poca gente sabe la importancia de Mérida después del Imperio Romano, ya que fue capital de España en época visigoda, capital de los suevos. Quería recuperar esa época.

--¿Cómo surgió la historia que narra en Alcazaba?

--Por una carta que leí cuando estaba investigando. Era del emperador Ludovico Pio --sucesor de Carlomagno-- a la ciudad de Mérida. En ella le pedía que resistiera durante dos años contra el emir Abderramán. A cambio, prometió enviar un gran ejército de apoyo. A partir de esta carta me puse a investigar para documentar la novela desde el punto de vista histórico.

--¿Qué cuenta Alcazaba?

--Bueno, del escenario histórico de esa época ya lo he contado, pero la historia es sobre todo un entresijo de personajes que trazan un mosaico de culturas, razas y religiones en un mismo espacio. Es, a diferencia de mis otras obras, una novela coral.

--Varios siglos después seguimos sin entendernos.

--El fanatismo es resultado del miedo y provoca a su vez mucho miedo, pero tenemos que ser multiculturales en un futuro o no seremos nada. Y no podemos volver atrás.

--Rebeliones, religión, dictadores... ¿Se puede trasladar la historia que describe en la novela al siglo XXI?

--Por supuesto. Al poco de terminarla empezó la Primavera árabe y me sentí como si hubiera estado allí. De hecho, Alcazaba podría ser perfectamente un relato de lo que ocurre actualmente en Siria.

--Agotada la primera edición, ya están preparando la segunda. Un gran éxito para una novela histórica.

--Sí. Yo no me esperaba el premio Alfonso X. La envié con seudónimo y pensaba publicarla en Planeta, como siempre. Pero a raíz de ganar el premio, se ha disparado y estoy muy satisfecho.

--¿Qué cree que Alcazaba aportará a Mérida?

--Creo que turismo cultural, como ya pasó con Plasencia y con Corinto. Por eso, me planteé escribir novelas ambientadas en Extremadura porque cuando la gente lee novelas de este tipo, le entran ganas de visitar los sitios que aparecen en ellas.