El oboísta valenciano interpreta el popular Concierto de oboe de Marcello en la actuación de la Orquesta de Extremadura en el Gran Teatro de Cáceres

De niño, José Martí acudía con sus padres a conciertos de bandas en la comunidad valenciana, donde nació. Semillero de intérpretes de instrumentos de viento, esta región ha dado incontables músicos a orquestas de dentro y fuera de sus fronteras.

Nada en su familia impulsaba al niño Martí a convertirse en uno de ellos. No había tradición musical, salvó esas citas a la salas de conciertos que para él iban a convertirse en decisivas. No sólo como músico sino para indicarle el instrumento que iba a elegir. Fue el sonido, el más dulce entre todos los instrumentos, según se admite, el que captó la atención de Martí. Si él iba a ser músico lo sería de aquel instrumento. Y así, a los diez años comenzó sus estudios en Valencia. Sus hermanas le siguieron, y aunque no son concertistas se dedican a la enseñanza de la música.

Ya formado, en el 2000 se incorporó a la Orquesta de Extremadura como uno de los componentes fundadores. Y ahí sigue. Hoy en el Gran Teatro de Cáceres (ayer en Badajoz), asumiendo un protagonismo solista como intérprete del popular concierto para oboe del músico barroco veneciano Benedetto Marcello.

Esta pieza se escuchará en la primera parte, a continuación de la sinfonía 92 de Haydn. En la segunda parte, la formación extremeña, dirigida por Miguel Romea, interpretará la quinta sinfonía de Tchaicovski.

"El oboe fue el instrumento que me atrapó, el que, cuando lo escuché, supe que iba a tocar", afirma en un momento especialmente delicado en su vida y en la de quienes componen la Oex, cuyo futuro, dependiente de la administración pública, no está claro aún a causa de los recortes económicos. "Uno sigue por el amor que tiene a la música", afirma de la dificultad de trabajar en estas condiciones. "Es cierto que tienes la cabeza pensando en esta situación porque no sabemos cómo se resolverá, pero uno es un profesional".

Pieza favorita

El concierto de Marcello es uno de sus favoritos. "Ya cuando empecé a tocar lo era, junto a los de Vivaldi o Albinoni. Así que cuando hablamos de este programa propuse que lo interpretáramos, porque, además, es una de las piezas más populares y conocidas".

Martí es un músico volcado en un colectivo (la Oex). Tocar en compañía es "como si tocaras música de cámara", afirma. Así que no se plantea, de momento, una carrera como solista.

"Me siento contento en Extremadura, en esta orquesta; pero uno no tiene cerradas las puertas a lo que venga".

De hecho, una de sus últimas salidas fue también colectiva, ya que le invitaron el pasado febrero a formar parte de un concierto de la Orquesta Nacional de España en el Auditorio Nacional, dirigido por Antoni Ros Marbá. "Me hizo mucha ilusión participar en esta experiencia", afirma.

La música es para él una fuente de satisfacciones, de placer. "Es mi pasión", concluye.