Al principio eran divertimentos destinados a fans obsesivos o contextos verbeneros, pero las tribute bands, bandas de homenaje, se han convertido en un actor estable del show business y en una parcela que mueve público y se cuela sin complejos en las programaciones de festivales prestigiosos. Algunas han recibido el reconocimiento de los artistas homenajeados y disponen de un público en alza que no los trata como un productor menor, sino que llega a ver en ellos unas virtudes genuinas ya ausentes en los grupos madre, en el que caso de que aún existan.

Hablamos de formaciones que llenan salas cada vez más grandes. Bandas como The Musical Box; Brit Floyd, o Letz Zep. O el espectáculo Beatlemania. Son casos paradigmáticos, ya que todos evocan los hallazgos de grupos que ya no existen: Genesis, Pink Floyd, Led Zeppelin, Beatles... O los gallegos Brothers in Band. "Ni Guy Fletcher, el teclista de Dire Straits, pudo distinguir una grabación nuestra de otra del grupo de Mark Knopfler", proclaman con orgullo como gancho promocional.

Portan la antorcha de artistas en retirada o descomposición. Pero no todos coinciden en que la ausencia del modelo original les beneficie. Billy Kulke, que emula a Robert Plant en Letz Zep, declaraba meses atrás a este diario que un retorno de Led Zeppelin "generaría interés por el grupo" y les beneficiaría. También a Please y a Smoking Stones, fans catalanes de U2 y los Rolling Stones, respectivamente, les sale trabajo cuando estos grupos anuncian disco.

LOS PRIMEROS Aunque hay precedentes lejanos (The Buggs, incipiente tribute band de Beatles en los 60), la tendencia cobró forma a finales de los 80. El primer grupo con repercusión fue Björn Again, surgido en Australia y consagrado al culto a Abba. Asumió su repertorio de hits con sentido del humor, imitando el acento sueco y parodiando vestuarios y coreografías, y hasta se coló en el circuito del rock alternativo: en 1992 actuó en el Festival de Reading por deseo de Kurt Cobain, cuyo grupo, Nirvana, era cabeza de cartel. Dos décadas después, Björn Again es una franquicia con cinco bandas simultáneas operando por todo el mundo.

Es previsible que, a medida que los clásicos del pop envejezcan y dejen de dar conciertos puedan ir multiplicándose las réplicas, que salen de todas partes, sin bien el Reino Unido es el epicentro. "Allí hay muchas tribute bands que hacen giras por todo el país y despiertan veneración. Que ese fenómeno llegue a España es un signo de madurez del público. Al fin y al cabo, en la música clásica lo importante es el repertorio más allá de los intérpretes", opina Joan Rosselló, codirector de la promotora The Project. ¿Habrá un día en que se anuncien en el Teatro Real o el Liceu recitales de piezas de los Kinks o David Bowie a cargo de reputados intérpretes, como ocurre te con la obra de Stravinsky o Wagner?

Mientras llega, o no, el mundo acoge a bandas que, a veces, mezclan la hiperespecialización con un humor ya advertible en sus nombres: Fan Halen, Beatallica (producto de su veneración por los Beatles y Metallica), Gabba (canciones de Abba a ritmo de Ramones), AC/DShe... Algunos no son ya bandas de homenaje, sino artistas clónicos, como Robert Parsons, protagonista de Jackson Forever , homenaje a Michael Jackson. Todos parecen dispuestos a perpetuar el legado de sus ídolos más allá de su ocaso.