La I edición de los Premios Ceres de Teatro sirvió en bandeja un homenaje al teatro con mayúsculas. Un banquete griego fue el hilo conductor en un comedor espectacular, el teatro Romano de Mérida, y con unos invitados de gala, desde los veteranísimos Nuria Espert, Amparo Baró --premio mejor actriz y tan emocionada que casi no podía articular palabra --, Héctor Alterio --premio Emerita Augusta a toda su carrera y dispuesto a volver a vertirse con la toga de su Yo, Claudio -, Julieta Serrano y Carlos Alvarez Novoa -- -premios del público por Electra--, los veteranos Miguel Rellán --premio mejor actor por Luces de Bohemia , Javier Gurruchaga, Juan Echanove, Gonzalo de Castro, Pepe Villuela, Anabel Alonso, Francis Lorenzo, Angela Molina --presidenta del jurado-- Jordi Rebellón a los noveles Fran Perea --premio del público por Electra--, Ana Alvarez, María Castro, -- e Isabel Sánchez, premiada por su papel de Atenea en Ayax , galardón que entregó el director de El Periódico Extremadura, Antonio Tinoco. Una cena, en definitiva en la que premiados y entregadores de premios se unieron por el amor a su profesión.

El maestro de ceremonias del banquete, el actor y presentador Carlos Sobera, dirigió la gala de entrega de los premios Ceres con la soltura y la gracia que le son propias, premios, dijo, colofón de la 58 edición del Festival de Teatro Clásico, recordó. Invocó a la diosa Ceres, "para convertir a la mítica Mérida en el centro del Universo", dijo. La diosa Ceres, que preside desde hace 2.000 años el magnífico teatro emeritense, fue testigo del desfile mientras el coro secundaba a Sobera con alusiones a la filosofía, la democracia y el teatro y siriviendo, por supuesto, el menú.

Justo al empezar la gala, Carlos Sobera tuvo un emotivo recuerdo para el actor Carlos Larrañaga, cuya muerte se acababa de conocer. Y el público que llenaba el teatro respondió con un cálido aplauso.

La voz flamenca de Diana Navarro y la de la soprano Pilar Jurado, emocionada por cantar Casta Diva arropada por las milenarias piedras de Mérida, pusieron el acompañamiento musical a una gala que derrochó glamour, camaradería, elegancia y sobre todo, teatro, mucho teatro. Y para certificarlo allí estaban los premios al mejor director de este año, Miguel del Arco, al mejor espectáculo teatral del año, Agosto , al mejor autor teatral, Alfredo Sanzol por En la luna , a Eduado Moreno, premio Ceres al mejor escenografo, Juan Gómez Cornejo, como mejor iluminador, Antonio Belart, mejor vestuario, Antoñita, mejor vestuario y caracterización, Juanjo Seone, mejor productor teatral.

Todos se mostraron agradecidos y emocionados por haber sido distinguidos con estos primeros Premios Ceres de Teatro.

La gala, dirigida por el director teatral y cineasta Manuel Palacio, añadió además un plus de espectacularidad gracias a las nuevas tecnologías. Con unas proyecciones de laser sobre las milenarias columnas, los dioses reconstruyeron el Teatro Romano de Mérida colocando piedra a piedra, hasta que Zeus, con su rayo divino, le da la vida, Poseidón lo inunda de agua y Efestos remata la obra con su martillo. Sobre el frente escénico se representaron proyecciones también para iluminar los textos de autores clásicos como Aristófanes, Platón, Eubulo, Ovidio, Eurípides, Sofocles y, por ultimo, de Robert Graves, con textos de Yo, Claudio , que leyeron los actores.

Los Premios Ceres de Teatro son una iniciativa que busca "unir de manera absoluta Mérida como cuna del teatro con las artes escénicas a nivel nacional", explicaba Jesús Cimarro, que se ha estrando este año como director del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida.