Rosa María Sardà se mostró agradecida por el Max de Honor que le concedió ayer la SGAE porque es un premio "que dan los compañeros". La actriz, presentadora, humorista y directora teatral, que recibirá el galardón en una gala que se celebrará el 18 de mayo, comenzó a los 24 años en el teatro (ahora tiene 73). Casi medio siglo dedicado a su profesión. "Señal de que he cumplido mi función y no me he equivocado de carrera", explicó en declaraciones a Efe.

Sardà, que debutó en Cena de matrimonios , de Alfonso Paso, y ha trabajado con autores y directores como Ventura Pons, Terenci Moix, Josep Maria Benet i Jornet, Lluís Pasqual, Adolfo Marsillach, Josep Maria de Sagarra y Mario Gas, aprovechó el anuncio de su premio para denunciar que el mundo "real" de los actores es "despreciado" y no tiene "ninguna protección", y que la cultura en España "está colgada como un jamón porque no se tiene en cuenta para nada, como tampoco la ciencia ni la educación".

Asegura que si no aparece ahora en televisión --donde lo último que ha hecho ha sido Abuela de verano (La 1)--, no tiene nada que ver con su voluntad porque, recalca, ni ella "ni nadie" decide dejar un medio para volcarse en otro. "Es la ley de la oferta y la demanda, del capitalismo brutal. En el momento en el que parece que eres vendible te contratan y en el que no, no te contratan. Y la barra de pan cuesta lo mismo y hay las mismas necesidades, trabajes o no", afirma.

En cine, la última película que ha hecho, en 2014, es a las órdenes de Juanma Bajo Ulloa.