Medianoche en la ladera del castillo. Sábado, sin un minuto de retraso y tras el derroche de fuerza de Kokoshca y el directo impoluto de los locales Supertennis, se subió al escenario ataviada de rojo, Maika Makovski. La mallorquina hizo despliegue de actitud y garra que se saldó con alguna que otra proposición indecente de los allí presentes. Lava love y language clausuraron una actuación digna del recuerdo para los contemporáneos que se dieron cita en el recinto extremeño.

Heredó un testigo de elevado listón la joven Russian Red. Con escenografía propia y un juego de luces considerable, Lourdes Hernández dejó atrás la fragilidad de sus inicios y presentó un agente Cooper más eléctrico, potente, aunque en alguna ocasión epiléptico y despilfarrado. Una pausa para la nostalgia dejó Cigarrettes versionado a medias por un corista con una voz tan agradable como subestimada.

Los primeros acordes de Robot prometían buenos augurios para unos Niños mutantes que completaron un directo a la altura de las ocasiones que han formado parte del cartel. Los andaluces, encabezados por su vocalista Juan Alberto, hicieron vibrar a los presentes con El futuro sin dejar atrás temas de trabajos anteriores como la coreada Errantes. Y tiempo les sobró para alguna dedicatoria de boda.

CRITICA ACIDA Una hora más tarde, cedieron las tablas a sus vecinos, Pony Bravo. Entre sintetizadores, psicodelia y excentricidad, el trío andaluz aprovechó su tiempo para difuminar la crítica ácida de sus letras en El político neoliberal o Eurovegas. El trío se metió en el bolsillo al público con sus ritmos bailables y frescos.

La actuación de los irreverentes y desenfadados Pony Bravo sirvió así de punto de inflexión entre los grupos del viernes al sábado. La magia de Digital 21 a los platos provocó la euforia de los resistentes a la madrugada que cerró de nuevo el pop ochentero de Dj L'Espiral.

Así, el primer asalto de la segunda ronda del festival Contempopránea, desdoblado a Badajoz hace un mes cumplió con los pronósticos reservados y se saldó con una noche tranquila sin incidentes aparentes. De este modo, el único protagonista de la velada del viernes al sábado, el pop, reinó con el beneplácito del imperante castillo de Luna que lo cobijaba. Un hecho que, sin contemplaciones, se repitió en la madrugada de ayer.

La tarde dejó espacio para los conciertos programados para la segunda y última jornada de la decimonovena edición del Contempopránea en Alburquerque. Con puntualidad impoluta, al igual que en la jornada anterior, a las 21.00 horas, René dj inauguró la larga velada del sábado a los platos. Media hora después, el clásico grupo emeritense de finales de los ochenta, Ama, recordó temas de sus dos grandes discos antes de su primera disolución en el año 1996.

El toque internacional de esta edición lo sirvió en bandeja de plata el grupo francés Exsonvaldés. La formación de Simon Beaudoux transmitió el resplandeciente matiz francófono de su último trabajo, Lights (2013) y versiones de sus tres discos anteriores. Una luz que se transformó en divina sombra con León Benavente. El grupo del sello Marxophone, causó revuelo entre destreza instrumental y crítica social con Ser Brigada, Estado Provisional, La Palabra, Animo valiente y Las Hienas .

MAS PRESENTACIONES El homólogo de Los Niños mutantes la jornada del viernes por su asiduidad a la ladera, La Habitación Roja, también presentó al igual que los anteriores, nuevo trabajo La moneda en el aire frente al castillo de Luna. Los fieles a la formación valenciana coparon las inmediaciones del recinto para corear a voz en grito los temas de sus ochos álbumes.

La hora del homenaje anual llegó casi a las 3.00 horas, cuando uno de los hitos de Elefant records, Automatics, materializó su regreso a los escenarios. Por último, los Klein superaron las expectativas como transición entre los grupos y las sesiones de René y Primas de riesgo dj. para una cita que cierra así la celebración de sus diecinueve años.