TEtl pasado mes de diciembre la directora del IES El Brocense de Cáceres, uno de los galardonados con los premios nacionales concedidos a bibliotecas de centros educativos, enviaba por Rayuela un mensaje relacionado con la entrega de estos premios en la Biblioteca Nacional. La última parte del mensaje decía: "- en esta entrega de premios, Extremadura quedó bien parada porque, junto con nosotros, en la categoría de centros de Primaria recibieron también premios el colegio Cervantes de Cáceres y el Francisco Valdés de Don Benito; estos últimos cerraron el acto con una dinamización a la lectura que fueron muy aplaudidos y dejaron en muy buen lugar la labor que se realiza en nuestros centros".

Mis compañeras de la biblioteca ya me habían comentado este hecho: "Los niños de Don Benito y su profesor, que tocaba la guitarra, hicieron una canción cuyo estribillo acabamos cantando todos. Resultó precioso". Sr. Wert , yo no me creo que usted se plantee acabar con el trabajo, el esfuerzo y el enriquecimiento, personal y social, además del reconocimiento que conllevan este tipo de actividades. Pero la música no son sólo productos: esa actuación en la Biblioteca Nacional, los conciertos en el día del centro, el festival de cantos navideños o el de final de curso. Más importante que todo ello son los procesos cognitivos, afectivo-sociales y psicomotores que se ponen en marcha en cada clase de música. Por eso no me creo, Sr. Wert, que usted vea una mejora en la calidad de nuestro sistema educativo prescindir de una disciplina como ésta.

No hace mucho en el Museo de Mérida, tras una actuación de la orquesta Esteban Sánchez (orquesta del IES Profesor Hernández Pacheco de Cáceres), un directivo de una importante multinacional de ingeniería le comentó a la directora de dicha orquesta que, unas semanas antes, a la hora de dar una plaza en su empresa a los dos aspirantes que llegaron a la fase final de selección, ambos ingenieros superiores, con no sé cuántos idiomas y másteres en su haber, la decisión de elegir a uno u otro estuvo simple y llanamente en cuál de ellos había estudiado música; porque estudiar Música "implica tener la cabeza bien amueblada y ser un persona disciplinada, capaz de rendir individualmente a gran nivel y, a la vez, trabajar en equipo; y lo que es muy importante en cualquier trabajo, ser una persona sensible", añadió este señor.

XNO ME CREO,x Sr. Wert, que usted proponga políticas educativas que quieren prescindir en nuestro sistema educativo de una asignatura que ayuda a 'amueblar' las mentes de nuestros alumnos, y que los hace más disciplinados, más preparados para trabajar individualmente y en grupo, y más sensibles. Ya sé que se puede estudiar música en los Conservatorios y Escuelas de Música, de la misma manera que se puede estudiar inglés en las Escuelas de Idiomas o Institutos de Lenguas Modernas; pero de la misma manera que usted nunca se plantearía eliminar el inglés de los colegios e institutos por esta razón, tampoco creo que deba hacerlo con la música.

Al menos me consuela saber que consejeras de Educación y Cultura, como la Sra. Nogales , es una persona sensible a la música, como lo son sus directores generales. La he visto escuchando a la orquesta antes referida y a un coro de pequeños escolares en una clausura de curso en una residencia universitaria extremeña, y su rostro no era el de un político insensible que hace de tripas corazón para aguantar la música que le obligaban a escuchar siguiendo el protocolo. Su forma de mirar, sonreír y aplaudir a aquellos chavales no es propia de quien ve la música como algo que hay que sacar del sistema educativo.

Por eso, si usted Sr. Wert sigue adelante con ese plan descabellado de empobrecer culturalmente a nuestros alumnos, privándoles de la Educación Musical, no me creo que en Extremadura sigan al pie de letra sus indicaciones. Estoy convencido de que esta comunidad va seguir dando una oportunidad a la música; la oportunidad que merece toda aquella disciplina académica que, como la música, ayuda a formar personas cultas, trabajadoras, solidarias, buenas y libres.