Rebelión en las Chafarinas. 16 de los 30 militares de la guarnición española destacada en esa isla, situada a dos millas de la costa de Marruecos, se negaron el domingo a obedecer las órdenes del oficial al mando de la misma. Once de los militares fueron detenidos y trasladados a Melilla por la presunta comisión de un delito de insubordinación.

La Comandancia General informó ayer de que el Juzgado Togado de Melilla abrió un expediente disciplinario por presunta falta grave de insubordinación de un grupo de soldados que se negaron a cumplir una orden dada por el jefe del destacamento español de las islas Chafarinas.

DESAPARICION DE UN GPS Según narra el estamento militar, el sábado día 14, con motivo del Día de la Familia, y con autorización del comandante general de Melilla, Francisco Fernández, los soldados recibieron la visita de los familiares, que se trasladaron a las islas con medios de transporte particulares, en embarcaciones de diverso tipo.

Al término de la visita, uno de los familiares echó en falta un equipo GPS (navegador vía satélite) de su embarcación, e informó de ello al teniente jefe de la guarnición. Ante esta circunstancia, añade la Comandancia, el oficial reunió a toda la guarnición --30 personas-- y preguntó si alguien tenía conocimiento de su desaparición. Obtuvo el silencio por respuesta.

A modo de castigo, el teniente ordenó el domingo, día habitualmente dedicado al descanso, que formara la guarnición para la realización de tareas de mantenimiento. 16 militares se negaron, "al parecer instigados por dos o tres de ellos", según apunta el organismo militar.

El teniente informó a la Comandancia General de Melilla de estos hechos y su titular, Francisco Fernández, ordenó que se desplazara a las Chafarinas el coronel jefe de Regulares en Melilla, acuartelamiento del que depende la sección en los archipiélagos, y un oficial del cuerpo jurídico, para que realizaran una investigación preliminar sobre los hechos.

ENCLAVE CASI VIRGEN Como resultado de esta investigación, el comandante general decidió relevar a 11 soldados, que fueron conducidos a Melilla, donde ingresaron de forma preventiva en el establecimiento disciplinario de la zona militar de la ciudad autónoma.

El pequeño archipiélago de las Chafarinas, situado a dos millas al norte del pueblo marroquí de Ras el Ma y a 27 de la ciudad de Melilla, constituye uno de los últimos reductos casi vírgenes del Mediterráneo. Sus costas rocosas y escarpadas, en su mayoría impracticables, la convierten en un refugio ideal para numerosas especies animales. La isla de Isabel II --una de las tres que conforman las Chafarinas-- es la única actualmente habitada. En ella se asienta la guarnición militar de soldados regulares.